CDMX.- El recuerdo más agridulce que Ana Gloria Álvarez tiene de su infancia es una muñeca que un artesano elaboró específicamente para ella. No había otra igual en el mundo, y la adulta en que hoy se convirtió asocia este juguete adorado con una época en que todo cambió, para mal, en su vida: cuando su familia se desmoronó y perdió la casa en la que vivía.
Muchos años después, una Ana ya adulta iba caminando por Insurgentes cuando a la altura de Chilpancingo vio a un ropavejero que vendía a su muñeca, que no podía ser otra porque había sido hecha especialmente para ella:
“Y la vi ahí pero ya amarilla, sin sus zapatos, sin unas mallas que traía. Y me causó muchísimo impacto verla. Y al mismo tiempo que vi la metamorfosis de ese objeto sentí de manera más palpable mi propia metamorfosis porque me llevó a otra época muy diferente a las circunstancias que estaba viviendo en ese momento”.
Ana regateó un poco porque no llevaba el dinero suficiente para comprarla, pero después de un rato se dio cuenta de que no quería comprar la muñeca: “al final de cuentas terminé dejándola porque sentí como algo agridulce en el corazón. Como que también se me vinieron recuerdos muy dolorosos. Finalmente la dejé”.
Sin embargo, ahí no terminó la historia de Ana y su muñeca, pues tiempo después decidió inspirarse en ella para escribir el relato “La muñeca holandesa”, con el que acaba de ganar el premio de cuento de la revista “La pluma del ganso”:
“Me siento muy contenta y sorprendida de que a partir de una experiencia que yo pensé que ya no iba a tener mayor consecuencia, y si acaso hubiera habido una, sería de matices tristes, de pronto justamente ese cuento me da la posibilidad de un premio absolutamente inesperado, que parecía inalcanzable en ese momento porque yo estoy consciente de que hay tanto talento mexicano. Y la verdad que fue muy bonito porque definitivamente yo decía ‘con que alguien me comente me gustó, con eso me doy por bien servida’. El cuento tiene un final triste, como fue en la vida, y resulta que ahora, de ese final triste, salió algo bonito. Y eso fue muy inesperado”.
Aunque es miembro del club literario y la revista “La pluma del ganso” desde hace 16 años, Ana Gloria concursó a la par de escritores amateurs y semi profesionales de todo el país.
Por amor a las letras: “La pluma del ganso”. Ana se unió al club literario de manera casual: “Me enteré del club ‘La pluma del ganso’ en una revista; yo realmente estaba buscando audiciones”.
El primer cuento que escribió se llamó “La tía Gertrudis”; luego, según sus propias palabras “escribí algunos poemas muy malos, malísimos y ya, como que mejor lo olvidé”.
Después de haber ganado este premio Ana Gloria piensa seguir escribiendo cuento, aunque también tiene una novela en curso:
“Es algo muy ambicioso. Estoy haciendo los primeros capítulos y yo creo que va a ser un trabajo tardado pero me gustaría mucho concretar ese proyecto”.