CIUDAD DE MÉXICO.- Los mexicanos calificamos de manera pobre nuestro conocimiento en torno a temas de ciencia y tecnología con 5.2 en una escala de 10, y “aún tenemos más confianza en los horóscopos que en la ciencia”, señaló José Franco, titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC).
Según la Encuesta Nacional de Ciencia y Tecnología (2015), elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nuestra relación con la ciencia y la tecnología es ambivalente, de confianza-desconfianza, y con marcas diferenciaciones generacionales, donde los adultos mayores la aprecian menos y los jóvenes la entienden más.
Las tendencias son claras e interesantes, calificó José Franco. “Hay una mezcla entre la valoración y el miedo, el desprecio y el desinterés. Ambos aspectos conviven: por un lado se aprecia el conocimiento científico, pero también el ‘mágico’, las creencias religiosas o esotéricas”.
El astrónomo refirió que, además de la edad, el grado de estudios y el nivel socioeconómico influyen en esa valoración. La diferencia más marcada, por criterio sociodemográfico, se presenta en los grupos de edad de 15 a 24 años y de 55 a 64, respondiendo los primeros, en promedio, con una calificación de 6.2, contra 3.8 del segundo. En tanto, los encuestados sin escolaridad registraron un promedio de 3.1; con primaria, 4.4; secundaria, 5.1; bachillerato, 6.3; universidad y posgrado, 6.5.
La respuesta más repetida a la pregunta ¿Podría decir tres palabras que asocie con la palabra ‘ciencia’?, fue: “no sé”, en 19.9% de los casos; seguida por “educación”, con 12% “medicina”, con 10.1% y tecnología, con 6.2%.
Un dato interesante del estudio, realizado a escala nacional, es que si bien los científicos no guardan una relación cercana con la población, obtienen los niveles más elevados de confianza entre la gente: 7.7 en una escala de 0 a 10, junto con los bomberos, e incluso por encima de los maestros, quienes obtuvieron 7.5.
Esto se complementa con el apoyo a la afirmación de que los científicos mexicanos hacen grandes aportes a la sociedad, con lo que estuvo “muy de acuerdo” el 34.2% y “algo de acuerdo”, 35.9%. En tanto, 30% se manifestó como “nada de acuerdo” con que los científicos desarrollan investigaciones cuyos resultados no son útiles a la sociedad.
José Franco explicó que, en general, la gente se interesa más por los temas de salud y el medioambiente; se trata de dos de las mayores preocupaciones, en especial entre la juventud, principal usuaria de las redes sociales.
“Para nosotros es importante tomar en cuenta las tendencias marcadas por la encuesta al momento de hacer comunicación social de la ciencia o generar proyectos de apropiación social de la misma”, dijo.
En la UNAM existe uno de los centros más importantes de divulgación científica, no sólo del país, sino de Latinoamérica, e incluso de algunas partes de Europa. La DGDC es un centro que no se ve fácilmente en otros lugares.
Cuenta con dos museos –de la Luz y Universum–, visitados de manera frecuente por niños de primaria y secundaria; con la revista ¿Cómo ves?, pensada para preparatorianos, pero cuyos usuarios frecuentes son profesores de nivel medio superior, que la usan como apoyo de su trabajo.
Gracias a los resultados del estudio, en el corto plazo se planean cambios y nuevos proyectos que permitan llevar el conocimiento científico a públicos más amplios. Se lanzará una versión digital de la revista, con enlaces multimedia, con un atractivo formato para los jóvenes, y se mantendrá la calidad del impreso para los profesores.
Por último, Franco sostuvo que en México tenemos científicos de alto nivel, competitivos a escala mundial; pero, prácticamente no se hace innovación. “Si tomamos el número de científicos e ingenieros y los dividimos por la población del país, y nos comparamos con naciones como España o Corea, estamos muy mal, de cinco a 10 veces menos que lo que indicaría el tamaño de nuestra economía o de la población, y eso es producto de una inversión modesta en este sector”.
La Encuesta Nacional de Ciencia y Tecnología está contenida en el libro Ciencia y Tecnología: una mirada ciudadana, que forma parte de la colección Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales, coordinada por Julia Isabel Flores, del Área de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas.
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