Mauricio Barcelata, María José Suárez y su historia de amor

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CD. DE MÉXICO.- Mauricio Barcelata siempre ha sido muy abierto a la hora de hablar del amor tan grande que profiere por su esposa María José Suárez, con quien este año cumple 12 años de casado, pero antes de emprender la familia que ahora conforman, junto con sus hijos Mateo y Valentino, se enamoraron de una forma muy poco usual, cuando la conductora se acercó a conversar con él y, prácticamente, lo insultó por el color en que lucía su piel.

En la entrevista que concedió a Yordi Rosado, el conductor de “Venga la alegría” habló de algunos de los pasajes más importantes de su vida, entre ellos, cuando dejó su natal Veracruz para probar suerte en la Ciudad de México, y cumplir con su sueño de ser actor, luego de que en la juventud se frustrara un proyecto musical del que iba a ser partícipe, con el grupo Cometa que, por razones empresariales, nunca despegó.

Fue así que atravesó distintos desafíos, sin nunca darse por vencido, y en ese camino de obtener la fama y el reconocimiento público, también se abrió a las oportunidades del amor, como cuando sostuvo un noviazgo con la actriz Adriana Louvier, con la que se llegó a comprometer, pero a la larga, ambos se percataron que la diferencia de sus personalidades era aún mayor que los sentimientos que compartían.

De esa manera, decidieron separar sus caminos, y fue entonces que María José Suárez llegó a su vida de la forma más inadvertida.

Barcelata contó a Yordi que todo ocurrió en Acapulco, cuando él y otras personalidades del medio viajaron al puerto para los Premios TVyNovelas; entre ellas se encontraba María José, a la que conocía sólo de vista.

El también actor rememoró que se encontraban en la alberca del hotel, donde todas y todos se hospedaron, cuando ella se acercó a hablarle, sin embargo, lo hizo para hacerle un comentario que nunca esperó escuchar:

“Llega en un bikini café, muy guapa, me toca el hombro y me dice: ´-¿traes bronceador?, entonces yo volteó, me quito el audífono, la veo y dijo; ´-ah, qué guapa´, y le dije: ´-no, no traigo bloqueador´, se voltea y me dice: ´-se nota porque traes color de pit* de perro, cabr*n´”.

Pero la cosa no quedó ahí, pues más tarde volvió a hablarle para pedirle que la acompañara a buscar a un turista italiano que había visto a lo lejos y que estaba dispuesta a conquistar y convertirlo en el padre de sus hijos; Mauricio accedió, con la condición de que, después de eso lo dejase de molestar.

“Y me fui con ella, me voy a buscar el papá de sus hijos, quién iba a decir que sí lo había encontrado, pero era yo”, dijo sonriente.

En ese mismo viaje, tuvieron la oportunidad de volverse a ver, sin embargo, cada uno de esos encuentros eran desafortunados, por lo que parecía que las cosas entre los dos finalmente no se iban a dar, hasta que subieron al avión de regreso a la ciudad y se percataron que sus asientos estaban juntos.

“Me meto al avión, me siento en mi lugar y junto a mí, boleto en mano, María José Suárez, se sienta junto a mí, volamos de regreso a México”, detalló.

Fue así que, durante la conversación que entablaron en el vuelo, cayeron en la cuenta que tenían amigos en común, dos diseñadores muy importantes, con los que María José se reuniría al aterrizar para grabar un programa de casas que conducía en ese momento.

La sorpresa que se llevaron fue que, cuando los diseñadores los vieron llegar juntos, no lo podían creer, pues les confesaron que llevaban años tratando de emparejarlos, debido a que creía que, de conocerse, se entenderían muy bien.

“Dos o tres veces que nos habían querido presentar y no se había dado”, contó.

Fue así que comenzaron a salir y, luego de su primera cita formal, ya nunca se separaron, pues el se mudó a vivir con ella; al año y medio tuvieron a su primogénito Mateo y casi dos años más tarde se casaron en un registro civil de San Cristobal, Chiapas, cuando ella le propuso, inesperadamente, que se unieran en matrimonio.

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