Una serie de explosiones dejaron decenas de muertos el lunes en las ciudades costeras sirias de Jableh y Tartus, además de un número importante de heridos en una zona controlada por el gobierno que alberga bases militares rusas, dijeron medios estatales y observadores.
El grupo Estado Islámico reivindicó los ataques en las ciudades del Mediterráneo que hasta ahora habían escapado a lo peor del conflicto, y dijo que tuvieron como blanco a miembros de la minoría alauita del presidente Bashar al-Assad.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que más de 120 personas murieron. Medios estatales reportaron que hubo 78 muertos en los ataques contra el núcleo costero de Assad.
Los agresores lanzaron al menos cinco ataques suicidas y detonaron dos dispositivos colocados en autos, dijo el Observatorio, las primeras incursiones de su tipo en Tartus, donde Rusia -aliado de Assad- tiene una instalación naval, y Jableh, cerca de una base aérea operada por los rusos.
Los enfrentamientos se han incrementado en otras partes de Siria en las últimas semanas, mientras las potencias luchan por revivir un cese al fuego y resucitar las conversaciones de paz que colapsaron el año pasado en Ginebra.
Una de las cuatro explosiones en Jableh se produjo cerca de un hospital y otra, próxima a una estación de autobús, mientras los ataques en Tartous también apuntaron contra una estación de autobús, dijeron el Observatorio y medios estatales.
Imágenes emitidas por el canal estatal de noticias Ikhbariya de lo que dijo fue el escenario de las explosiones en Jableh mostraron varios vehículos retorcidos y calcinados.