La matriarca del clan Jackson se siente víctima de los abusos llevados a cabo por su sobrino, Trent Lamar Jackson, desde hace años. Aprovechando el viaje a Londres para conocer a su último nieto, Eissa Al Manna – el hijo de Janet Jackson -, varios medios de comunicación se han hecho eco de los tormentos que reflejan los documentos legales presentados en sede judicial el pasado miércoles, 8 de febrero, por los abogados de la mujer de 86 años.
Según la denuncia, Trent llevaba años tratando de controlar sus finanzas y hasta tuvo que esconderse en un armario para hablar libremente con sus hijos porque Lamar trataba de alejarla de ellos. Según TMZ, la hija mayor, Debbie, y algún miembro más de la saga estarían dispuestos a testificar a favor de su madre.
Trent vivía holgadamente, sin pagar ningún tipo de alquiler, en la casa de huéspedes de la propiedad que Katherine tiene en Encino. La señora Jackson lo había empleado como conductor con un salario anual de seis cifras. El portal de noticias confirmaba que ya hubo un intento de despido el pasado 3 de febrero, pero incluso teniendo delante a los policías trató de agredirla como represalia.
El entorno de la madre de Michael Jackson está muy preocupado porque se siente aterrorizada y teme que pueda hacerla daño físicamente ahora que las acusaciones formales están en marcha.
Un juez emitía una orden de alejamiento por la que Trent no podrá acercarse a ella a menos de 90 metros, deberá desocupar la casa y devolver todas las llaves que tenga en su poder para no poder entrar en la casa familiar.
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