La ganadora del Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, celebró su cumpleaños número 19 en el campamento de refugiados más grande del mundo, en Dadaab, Kenia.
Ello, con el fin de llamar la atención sobre la crisis mundial de refugiados, en un momento en que el campamento enfrenta presiones para su cierre después de un cuarto de siglo.
El campamento de Dabaab alberga más de 300 mil personas que en su mayoría son refugiados somalíes.
Desde el año pasado, la activista educativa estuvo en contacto con un grupo de niñas del campamento vía Skype, por lo que sus intenciones de conocerlas eran muy grandes, explicó el portavoz de Malala, Taylor Royle.
El Gobierno de Kenia expresó que el próximo año cerrará dicho campamento debido a un riesgo de seguridad.
La posibilidad de que el campamento sea cerrado trae aun más incertidumbre a los refugiados, que se enfrentan a la idea de volver a una Somalia todavía plagada de conflictos.
Kenia insiste en que todo retorno a Somalia será voluntario.
Por su parte, la comunidad internacional advirtió contra desalojos forzosos.
Muchos refugiados han vivido toda o la mayoría de sus vidas en Dabaab, que lleva abierto 25 años y es un amplio asentamiento de casas junto a chozas erigidas con ramas espinosas y otros materiales.
Se espera que durante su visita, Malala opine sobre lo que debe hacerse con Dadaab.
En 2014, Malala ganó el Premio Nobel de la Paz después de que milicianos le dispararon cuando ella volvía a casa de la escuela en Pakistán, donde fue una firme defensora de la educación a las niñas en una cultura muy conservadora.
El Presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, dijo que las repatriaciones desde Dadaab se harán de una manera humanitaria.
El Gobierno de Kenia afirmó que los ataques por parte del grupo extremista somalí Al Shabab fueron planificados y facilitados en el campamento de Dadaab.