Fue el momento que estuvo esperando por más de 20 años: desde aquel día que en 1995 volvió a la casa y descubrió que su bebé, de tan solo 18 meses, había sido secuestrado por su padre.
Desde aquel momento, María Mancía, que vive en Rialto (California) ha llevado una foto de su hijo Steve Hernández con la esperanza de volver a verlo, de volver a tenerlo junto a ella.
Y ese momento se cumplió este jueves, después de que un análisis de ADN confirmara que un joven localizado en México es el bebé secuestrado.
Steve, que ahora tiene 22 años, ha estado viviendo todos estos años en Puebla, donde su padre lo llevó y donde casi no le dijo nada sobre su madre.
“Fue un shock”, dijo el joven, “No sabía si estaba viva o no y recibir una llamada que decía que encontraron a mi madre y que me ha estado buscando fue como un cubo de agua fría. Pero está bien,”, reconoció.
Mancía y su pareja, Valentín Hernández, vivían en Rancho Cucamonga en 1995 pero no estaban pasando por un buen momento en su relación. Cuando ella llegó un día a la casa y la vio revuelta, pensó que le habían robado. Tardó un rato en entender lo que había ocurrido: el padre se había llevado a su hijo y con él todas las fotografías del niño y sus papeles de identidad.
Al no encontrar a su bebé, María denunció el caso ante la policía. Como no tenía ni una imagen de él, tuvo que pedir una a un pariente para poder denunciar la desaparición.
Pero las autoridades no pudieron hacer nada. El caso quedó como otros muchos: sin resolver. Y María continuó su vida en los Estados Unidos mientras Steve crecía a casi 2 mil millas (unos 3 mil 300 km) de distancia, ajeno a la pena de María y sin saber que ahora tiene cuatro hermanos.
Valentín le dio poca información a su hijo sobre quién era su madre y él no podía recordar mucho sobre su pasado en Estados Unidos. Todo cambió cuando una pista recibida en febrero indicaba que Steve Hernández estaba vivo, en Puebla.
Karen Cragg, el investigador de dirigió la búsqueda, declaró que cuando contactaron con Steve no le dijeron la verdad. “No queríamos asustarlo. No estábamos seguros de las circunstancias allá. Teníamos que actuar con mucho cuidado”, dijo Cragg, citado por AP.
A él le dijeron que necesitaban hacerle una prueba de ADN para investigar la desaparición de su padre. Y el examen dio positivo: Steve Hernández era el bebé que fue secuestrado hace más de dos décadas.
Como el joven es ciudadano estadounidense, no hubo problemas migratorios que retrasaran su viaje a Estados Unidos después de la confirmación. El encuentro entre madre e hijo se produjo este jueves. Entre lágrimas, María pudo abrazar nuevamente a su hijo.
Ahora, el joven, que es estudiante de derecho, planea continuar sus estudios en Estados Unidos.
Del presunto secuestrador, Valentín Hernández, poco se sabe. Se cree que está muerto después de que desapareciera.