BUENOS AIRES, Argentina.- Con un decreto, el presidente argentino Mauricio Macri restituyó a los militares el poder de autonomía que habían perdido en enero de 1984, cuando Raúl Alfonsín (el primer presidente que siguió a la cruenta dictadura del período 1976-1983, y el que inauguró la era democrática actual), también por decreto, decidió que los ascensos, los pases, los cambios de destino y la contratación del personal docente de las fuerzas armadas estuvieran en manos del Ministerio de Defensa.

El decreto de Macri, que lleva el número 721, fue publicado en el Boletín Oficial el 31 de mayo, y sostiene que “Resulta oportuno ordenar y actualizar el régimen de delegación de facultades en el Ministerio de Defensa y en los jefes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas adaptándolo a las modificaciones en la organización institucional del Gobierno Nacional”.

La norma provocó un fuerte repudio. Para el ex ministro kirchnerista de Defensa y actual diputado del ParlaSur Agustín Rossi , “es el retroceso más importante en la conducción civil de las fuerzas armadas”. “Es la impronta del gobierno: Macri hizo su primera privatización sin que nos diéramos cuenta: privatizó la política y se las dio a las corporaciones”, dijo a la prensa argentina.

“Estas facultades estaban bajo la órbita del poder político en el ministerio de Defensa y ahora son transferidas nuevamente al control militar”, dijo Fernando “Chino” Navarro, diputado en la provincia de Buenos Aires. “Las Fuerzas Armadas ganan poder en detrimento de la democracia. Es grave. Es un retroceso. Y es peligroso. Hay que recordarle a Macri que los argentinos a algunas cosas les dijimos ‘Nunca más’”.

Según el decreto, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas podrá designar a los oficiales destinados para ese cuerpo, salvo los de la conducción superior, que serán elegidos por el ministerio de Defensa. Los jefes de los estados mayores generales pueden desde ahora designar oficiales en los cargos medios e inferiores, aprobar calificaciones de egreso de escuelas o institutos de reclutamiento y disponer bajas y retiros obligatorios de los oficiales jefes y oficiales subalternos, entre otras tareas.