Los inicios de esta prótesis comienzan una década atrás, cuando el creador del Segway, Dean Kamen fundó una empresa, llamada DEKA, que se enfocaría en el desarrollo de prótesis de nueva generación.
En 2014, DEKA consiguió las primeras versiones finales del brazo Luke, tras años de desarrollo y con el apoyo financiero de La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA).
Y ahora tras recibir la aprobación de la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA), la empresa detrás de esta prótesis y Mobius Bionics podrán lanzarla al mercado a finales de año.
Pero, ¿qué hace a Luke tan especial? Además del nombre, la prótesis es controlada mediante señales eléctricas de los músculos que son transmitidas a pequeños electrodos colocados en ciertos puntos en el miembro amputado, así cuando el usuario tensa de cierta manera, gira o flexiona el brazo estos movimientos son captados y traducidos en movimientos por la prótesis.
Pero eso no es lo único, el brazo Luke contiene muchos más puntos flexibles, de movimiento y fuerza que una prótesis regular, ya sea el hombro, codo y la muñeca todos son controlados individualmente, lo que permite a la persona llegar a más puntos de la cabeza y zonas de la espalda o contar con la fuerza necesaria para levantar una bolsa del supermercado, gracias al codo.
Sobre la mano, ésta incorpora cuatro motores independientes que le permiten sujetar diversos objetos tan pequeños como una uva o un cierre, y con distinta fuerza, al grado de sostener de manera firme pero gentilmente un huevo o un vaso de cristal.
Esto fue posible porque la mano también está equipada con sensores que, además de precisar la fuerza de agarre, retroalimentan al usuario del nivel de fuerza empleado.
Lamentablemente toda esta fuerza tecnológica estará limitada a muy pocas personas porque, si bien el costo oficial de Luke no ha sido develado, se le pronostica un precio cercano a los 100 mil dólares.