CIUDAD DE MÉXICO.- Desde hace algunos años, sobre los champiñones –esos pequeños hongos que crecen sobre todo en los bosques y que solemos comer en ensaladas o hasta en sopas- se conocen propiedades benéficas para la salud.
Por ejemplo, varios estudios hacen alusión al hecho de que pueden ayudar a reducir la depresión, a favorecer el nacimiento de nuevas células en el cerebro y, por si fuera poco, a servir como coadyuvantes en el combate del cáncer.
Lo que hasta ahora no se sabía es que, también, la fibra presente en cualquier hongo puede protegernos contra la gripa.
Esto lo descubrió un grupo de científicos de la Universidad McGill en Canadá, quienes el pasado 8 de enero publicaron sus hallazgos en la prestigiosa revista Nature Immunology.
De acuerdo con la investigación, las fibras de beta-glucanos que se encuentran en todos los hongos -incluyendo por supuesto a los champiñones- podrían actuar como barrera en contra de la gripa (influenza tipo A).
Los beta-glucanos –polisacáridos compuestos por moléculas de glucosa– se encuentran presentes en hongos, levaduras y, a veces, hasta en algunos tipos de bacterias.
Entre los beneficios para el organismo destacan sus propiedades para prevenir enfermedades cardiovasculares o como apoyo para el sistema inmunitario.
De hecho, lo que los investigadores de McGill descubrieron es que estos polisacáridos, al reducir la inflamación de los pulmones, mejoran considerablemente la respuesta del sistema de defensa del organismo.
Ahora bien, ¿en qué consiste exactamente la relación entre los beta-glucanos y el sistema inmunitario?
Resulta que éstos mejoran considerablemente la respuesta inmunitaria y, en consecuencia, pueden reducir los ataques de virus (como el de la gripa) y otros patógenos. Además, al reducir el ataque, los patógenos a veces ya ni siquiera llegan a afectar a los órganos porque son destruidos antes. A esto se le conoce como tolerancia a las enfermedades.
De hecho, en una parte del estudio, los científicos señalan que “se comprende cada vez más que las estrategias de defensa del huésped en contra de las enfermedades infecciosas comprenden tanto la resistencia del huésped como la tolerancia a las enfermades”.
Por tanto, “la resistencia del huésped [del organismo] previene la invasión o elimina los patógenos, mientras que la tolerancia a las enfermedades limita el daño a los tejidos y órganos causado por un patógeno y/o la respuesta inmune”.
En otras palabras, lo que han descubierto es que, precisamente, los beta-glucanos podrían aumentar considerablemente la tolerancia a las enfermedades, haciendo que el organismo sea más resistente cuando, por ejemplo, un virus intenta invadir ciertos órganos.
Y es que el problema puede surgir cuando -ante la invasión de un patógeno- el sistema inmunitario se acelere y se active en exceso (generando una respuesta inflamatoria de más), lo cual se traduce en que el propio sistema inmunitario ataque a los órganos del propio organismo (como por ejemplo los pulmones).
Los responsables de esta respuesta inflamatoria excesiva son los neutrófilos: un tipo de glóbulos blancos que ayudan a combatir infecciones.
Los neutrófilos son muy importantes, pero, una respuesta excesiva de éstos puede provocar que la inflamación sea mortal.
Otro de los hallazgos es que, al parecer, los beta-glucanos poseen la capacidad de reprogramar las células inmunitarias -como los neutrófilos- para afrontar mejor la gripa.
De hecho, esta reprogramación celular pudo ser observada durante la investigación cuando a un grupo de ratones se les inyectó beta-glucanos.
El resultado fue que, aquellos ratones tratados con estos polisacáridos (por cierto, antes del tratamiento los ratones tenían muy altos los neutrófilos), los niveles de estos glóbulos blancos se estabilizaron gracias, justamente, a los beta-glucanos (la inflamación disminuyó) pero la respuesta inmune contra el virus mejoró.
Al respecto, en un comunicado, los investigadores de McGill mencionaron que “la reprogramación fue crucial, ya que limitó el riesgo de que los neutrófilos se aceleraran y que provocaran la inflamación pulmonar que a menudo causa complicaciones y problemas de salud graves (como la neumonía) después de una infección de gripa”.
En este sentido, y como también mencionan, “los neutrófilos son tradicionalmente conocidos por causar inflamación, pero los beta-glucanos tienen la capacidad de cambiar su papel y reducirla”.
El hallazgo, evidentemente, es de gran trascendencia porque, quizá, en un futuro no tan lejano puedan desarrollarse tratamientos a partir de beta-glucanos con la finalidad de no solamente mejorar la respuesta inmunitaria, sino también para reducir la excesiva inflamación que produce nuestro propio organismo (a través de células blancas como los neutrófilos) cuando se siente amenazado por algún virus.
Por otra parte, lo que el estudio no deja claro es con qué frecuencia y en qué cantidad deberíamos de consumir champiñones y otro tipo de hongos para prevenir la gripa.
Tampoco aclara si solamente con comer alimentos que contengan beta-glucanos (sin recibir inyecciones como las que recibieron los ratones durante el experimento) se pueden alcanzar los mismos beneficios.
Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!