El próximo viernes al mediodía, cuando delegue el poder a su sucesor Donald Trump, Barack Obama no hará sus valijas para dejar la capital estadounidense, como hicieron todos los presidentes desde hace casi un siglo. El presidente demócrata ya alquiló la casa donde se mudará con su familia, a unas cuadras de la Casa Blanca, hasta que se gradúe su hija menor, Sasha, de 15 años.
Esta situación abre el interrogante sobre el futuro de Obama, que deja la casa de gobierno con apenas 55 años, y su injerencia en la política estadounidense durante la era Trump.
Obama dijo el año pasado que lo primero que planea hacer, el próximo sábado, será dormir. Luego, unas vacaciones familiares. ¿Y después? El presidente demócrata llegó a bromear con que necesitará crearse una cuenta en la red social LinkedIn para buscar trabajo. Y la semana pasada recibió una curiosa oferta laboral por parte de Spotify. Pero, fuera de eso, poco se sabe del futuro del primer presidente afroamericano de Estados Unidos.
En su reciente conferencia de fin de año, dijo que se ve como “consejero” del Partido Demócrata y agregó: “Mi prioridad para cuando deje la presidencia es formar a la próxima generación de líderes (…) y quiero usar mi centro presidencial como un mecanismo para desarrollar a la próxima generación de talento”. Es que Obama se sumará a la lista de 13 ex presidentes que fundan una biblioteca con su nombre para realzar las bondades de su presidencia. En su caso, estará en Chicago, la ciudad donde maduró políticamente, junto con la Fundación Obama, que promete ser la próxima cuna de dirigentes demócratas del país.
Aunque Obama todavía no tenga trabajo asegurado y deje de percibir su salario anual de 400 mil dólares como presidente de Estados Unidos, el dinero no es un problema para él. Ni para ningún mandatario que deja la Casa Blanca, al menos en los últimos 60 años.
En 1958, el Congreso estadounidense sancionó la Ley del Ex Presidente (Former Presidents Act), después de que el ex mandatario Harry Truman reclamara que no tenía dinero para contestar las miles de cartas que le llegaban. El Capitolio consideró entonces necesaria una ley para “mantener la dignidad” de los ex presidentes y, a través de esa norma, garantiza a los ex jefes de Estado una pensión vitalicia similar al sueldo de un ministro. En 2016, fue de 205 mil 700 dólares por año.
Además de la pensión, Obama tiene otros ingresos asegurados. De 2005 a 2015, obtuvo más de 15 millones de dólares por las ventas de sus tres libros: Dreams from My Father (Sueños de mi padre), The Audacity of Hope (La audacia de la esperanza) y el infantil Of Thee I Sing (A ti te canto), según sus declaraciones de impuestos. Además, antes de ganar las elecciones de 2008, había firmado un contrato con una editorial para escribir un libro de no ficción, que quedó en stand-by durante sus dos mandatos, al que se sumó otro jugoso contrato para escribir sus memorias.
¿QUÉ LES CORRESPONDE A LOS EXPRESIDENTES?
A través de distintas disposiciones, los presidentes de Estados Unidos obtienen desde una pensión hasta cobertura médica después de dejar el poder.
-Pensión: en función de lo dispuesto por la Ley del Ex Presidente (FPA, por sus siglas en inglés), un ex mandatario debe recibir un sueldo similar al de un ministro nacional, cifra que se prevé en el presupuesto anual. En 2016, la pensión fue de 205 mil 700 dólares en el año. Obama vetó el año pasado una ley para limitar la pensión de los ex presidentes en 200 mil dólares porque consideró que los ex presidentes actuales iban a despedir personal por esa nueva condición. Si el ex mandatario fallece, su viuda recibe una pensión anual de hasta 20 mil dólares. La viuda de Ronald Reagan, Nancy, renunció a ese beneficio.
-Oficina: el FPA establece también que el ex presidente debe recibir dinero para instalar una oficina en cualquier lugar dentro de los Estados Unidos, equiparla apropiadamente y mantenerla de por vida. Si bien no hay límites de tamaño o ubicación, aclara que debería estar bajo “los estándares de la oficina de un ministro”. Para los primeros dos años y medio después de dejar el poder, recibe hasta US$ 150 mil por año para sueldos para el personal y, después, hasta 96 mil.
-Viajes: por una enmienda de 1968 al FPA, el ex presidente puede contar con hasta un millón de dólares por año para viajes relacionados con su condición de ex presidente y de representante del gobierno de Estados Unidos para él y hasta dos personas de su equipo.
-Servicio Secreto: en 2013, Obama restableció la protección del Servicio Secreto de por vida para el presidente y su pareja (hasta que se case con otra persona), y para los hijos del mandatario hasta los 16 años.
-Cobertura de salud: aunque no hay ninguna ley específica, el ex presidente, como todo ex empleado con más de cinco años en el gobierno, califica para los beneficios de salud de empleados federales. Aquellos mandatarios que sólo estuvieron un mandato y no cumplieron otro rol dentro del Ejecutivo no pueden acceder a esta cobertura.
-Funeral: ante la muerte de un ex presidente, se organiza un funeral de Estado con honores militares y todas las banderas en edificios federales deben quedar a media asta por 30 días.
-Gastos para la transición: bajo la regulación de la Ley de Transición Presidencial, a partir de los 30 días antes del pase de mando comienza a regir un presupuesto paralelo para la transición.