MÉXICO.- Un problema que no vemos.
Los árboles mexicanos están envejeciendo, lo que repercute en su capacidad para mitigar el cambio climático al absorber menor cantidad de dióxido de carbono, informó el presidente del Consejo Directivo de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf), Gustavo Sánchez.
Sánchez expuso que una gran parte de los bosques de la capital mexicana ya están “muertos en pie”, no son sustentables y se vuelven más vulnerables a enfermedades.
Se estima que 70% de los árboles de Ciudad de México tienen plaga, 60% están en riesgo de morir, y 9% están muertos en pie, según datos que facilitó a Efe la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
A su vez, el biólogo Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a Efe que debido a los altos índices de contaminación gran parte de los árboles del Valle de México mueren muy jóvenes o, una vez alcanzada la madurez, su vida se acorta a apenas 20 años cuando podrían vivir hasta 80.
Ceballos expuso que se pueden realizar diversas acciones para cambiar esta realidad, como alejar al arbolado más predispuesto a morir de las vías más transitadas.
Otra opción es plantar árboles más resistentes a la contaminación, medida que el biólogo consideró poco aplicada debido a la falta de recursos oficiales.
Según el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), un árbol adulto absorbe al año unos 3 mil litros de agua y capta unos 28 kilogramos de dióxido de carbono (CO2).
De acuerdo con datos de la UNAM, se requieren 25 árboles para compensar las emisiones de un automóvil.
Con respecto al agua, un árbol adulto logra infiltrar al subsuelo mil 217 galones de agua pluvial, capacidades que van disminuyendo conforme los arboles sobrepasan los 70 años de edad.
Por su parte, el tesorero de la Red Indígena de Turismo de México, José Antonio Medina, dijo a Efe que la responsabilidad de conservar los bosques es de todos, desde los empresarios y académicos hasta los gobiernos.
“Los árboles en nuestros bosques están en una edad madura y en proceso de ser viejos”, expresó, agregando que, por ello, se requiere aplicar procesos de reforestación con un correcto manejo que permita tener nuevas generaciones de individuos que sustituyan a los veteranos.
En este sentido, sugirió que, para tener un mejor manejo de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), las comunidades indígenas con amplio conocimiento de los bosques lideren los esfuerzos. Y es que, según indicó, de las 182 ANP que tiene el país, ninguna está dirigida por indígenas, que son “relegados” a la mano de obra.
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