CIUDAD DE MÉXICO.-Enfundado en una chamarra roja, el presidente Enrique Peña Nieto abre el episodio de mayor poder de su mandato, al decir a la 22 Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI): “Nuestro partido está listo para lo que viene”.
Sentados en primera fila escuchan cardenales que podrían llegar a ser el candidato en 2018. Lo miran atentos Miguel Ángel Osorio Chong, José Antonio Meade, José Calzada, Aurelio Nuño y José Narro. El ausente fue Luis Videgaray. En efecto, todo está listo, pero los tiempos no han sonado.
La 22 Asamblea Nacional priísta, que abre la posibilidad de un candidato que no sea militante y que aclama que los legisladores plurinominales no lo sean más de manera continua, acrisola el gran poder de Peña Nieto.
Al cerrar los trabajos de la 22 Asamblea Nacional del PRI, el presidente Enrique Peña Nieto llamó a los priístas del país a dar la batalla por 2018 y el futuro de México. Pidió preservar la unidad del partido porque, dijo, cuando gana el tricolor gana México.
“En 2018 estarán en juego distintos futuros para nuestro país. Uno de progreso, que ofrece el PRI, y otros de franco retroceso. Los priístas estamos llamados a proteger, a cuidar y defender lo que entre todos los mexicanos hemos construido. Tenemos que dar la batalla por nuestro país, porque México es responsabilidad de todos.
“Y esa responsabilidad inicia por preservar la unidad al interior del PRI: unidad para servir y ganar. Cerrar filas dentro de nuestro partido es cerrar filas a favor de México. Como soldados de la patria, los priístas debemos salvaguardar el proyecto de país. Vamos a una batalla decisiva para México. Vamos a la batalla por un futuro que asegure bienestar y oportunidades para todos los mexicanos”, indicó.
Al referirse a los Estatutos, donde se dejó abierta la puerta para que simpatizantes accedan a cualquier candidatura priísta, Peña Nieto destacó que este documento hoy acerca al partido con la sociedad, a quien el organismo se debe en todo momento.
“Consolida al PRI como la mejor plataforma para que militantes y simpatizantes puedan servir a su comunidad, puedan servir a México”, celebró el titular del Ejecutivo federal.
Con todo ello, manifestó, “el partido está listo para lo que viene”.
El Presidente llegó al Palacio de los Deportes echado para adelante. Enrique Ochoa Reza, dirigente del PRI, le entregó reglas para que juegue la sucesión presidencial, adaptadas a la actualidad.
Estuvieron presentes secretarios del gabinete presidencial, mencionados con posibilidades de participar en un proceso de selección de candidato presidencial.
José Antonio Meade se llevó la tarde. Recibi+o abrazos, felicitaciones, peticiones de fotos de delegados, las cuales intercala con las preguntas de los periodistas.
Por la tarde, de las más de 120 fotografías que colocaría el presidente Peña en sus redes sociales, de esos cardenales, el único que aparecería a su lado sería Meade.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se retiró pronto, pero permanecieron, José Narro Robles, quien recibe muestras de reconocimiento de sus compañeros de partido; Aurelio Nuño, de saco sin corbata, igual que Meade, se deja querer por los asambleístas, quienes se declaran “listos para lo que sigue”.
El primer priísta les ha dicho desde el estrado que este partido que lidera va a una “batalla decisiva para México” y los priístas saben que en el territorio de la contienda de 2018 uno de los presentes puede ser el abanderado.
Mencionado también como perfil apropiado para 2018, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero se “encarta” en el momento en que los mencionados se quedan a recibir parabienes.
Pareciera que no han echado de menos al secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, quien no vino a la fiesta. Así, entre el presidium y la primera fila se forma un espacio de quienes en otoño abrirán su hermetismo de verano, en el que sólo explican que su dedicación está en los asuntos del despacho que les encargó Peña Nieto.
Pasan como 50 minutos desde que terminó el discurso de Peña Nieto y todavía Narro, Nuño, De la Madrid y Meade reciben saludos y peticiones de los militantes.
Antes de la clausura, los priístas votaron los acuerdos de la Asamblea Nacional, y cumplieron el ritual de pasar lista a la figura más relevante del priísmo, Luis Donaldo Colosio: “¡Presente!”, responden a coro los delegados.
Manlio Fabio Beltrones presentó las conclusiones de la mesa de Visión de Futuro de la Asamblea. Uno de los hombres clave en la construcción de la unidad y los acuerdos de la asamblea, el senador Emilio Gamboa Patrón siguió con atención cada paso de la reunión.
“¡Petroleros con Enrique!”, se escucha en el domo del Palacio de los Deportes, las porras han sonado con más fuerza que en el aniversario, pero esta vez su líder, Carlos Romero Deschamps no vino.
Así celebran los priístas su asamblea preparatoria para su primera sucesión abierta a la sociedad. Son testigos los ex presidentes del partido. Ninguno ha sido mencionado por su nombre, pero ahí están, exponentes de otros tiempos, como siempre, unidos, disciplinados, como sus líderes de antaño.
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