Los Angeles.- Quedaban cuatro minutos de la primera parte en uno de los grandes santuarios del deporte, el Crypto.com Arena de Los Ángeles -antiguo Staples Center, cuando la historia del deporte profesional dio un volantazo. LeBron James, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y probablemente el único capaz a discutir el trono a Michael Jordan como mito absoluto de la NBA, saltó a la pista con su hijo, Bronny James -LeBron James Jr.-, de 20 años (2004). Los primeros en la historia, pioneros absolutos.
Nadie nunca jamás imaginó que LeBron, ese chico que llegó a la NBA como el adolescente más mediático que jamás había jugado al baloncesto, iba a romper una frontera así. Por longevidad, grandeza y legado, el Rey sigue haciendo historia. A ser el mayor anotador de la NBA, un cuatro veces campeón y tener varios de los mayores highlights de todos los tiempos sumó algo familiar, íntimo y que se queda para siempre.
Aunque deportivamente no signifique nada (Bronny apenas jugó tres minutos y capturó un rebote), es algo más que eso. Es vida. “Verme en las tablas de anotadoras con mi padre, comprobarlo por primera vez. Es un momento loco que jamás olvidaré. Estoy extremadamente orgulloso”, recalcó Bronny. Igualaron a los Griffey, que jugaron en la MLB y eran los únicos padre-hijo en jugar en una liga mayor. Se hizo historia del deporte. “¿Estás listo?”, preguntó LeBron. El simple “sí” de Bronny valió el resto.
Verme en las tablas de anotadoras con mi padre, comprobarlo por primera vez. Es un momento loco que jamás olvidaré. Estoy extremadamente orgulloso.
Los Lakers, por cierto, ganaron. Algo que muchos daban por imposible dado un verano sin gran brillo en el oro y púrpura. Pero convencieron ante los candidatos Minnesota Timberwolves por 110-103 gracias a un monstruoso Anthony Davis. Facturó 36 puntos y 16 rebotes, mientras que LeBron James acompañó con 16 anotados. Los 18 de Hachimura, también destacables en un equipo coral que pudo dominar buena parte de su estreno.
La familia está por encima de todo. Siempre lo está, siempre lo fue
LeBron James
Pero por encima estaba la familia. “La familia está por encima de todo. Siempre lo está, siempre lo fue. Me perdí mucho tiempo por esta liga. De su vida, de cosas importantes. Tener este momento en lo que trabajo y en lo que vivo es una de las mejores cosas que me han regalado”, cerró un orgulloso LeBron.
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