Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. Y ahora, un grupo de investigadores estadounidenses trabaja en un proyecto para que esa amistad se afiance aún más. Crearon un chaleco que, mediante sensores, les permite a los animales comunicarse con las personas. Algo así como la posibilidad de “hablar”.
Los chalecos están equipados con sensores que se activan con la mordedura del perro, y otros cuando el perro acerca el morro a un sensor de proximidad. Una vez que se activan, envían señales sonoras que se traducen en lenguaje humano, notificaciones de texto a un smartphone o incluso permiten enviar un mapa satelital.
El proyecto se llama FIDO (por las siglas en inglés de “facilitar las interacciones a perros con ocupaciones”) y lo está liderando en la universidad Georgia Tech la investigadora Melody Jackson. El objetivo de Jackson es que mejorar la tarea de asistencia de los perros guía, y también de aquellos que se dedican a ayudar en tareas militares o de rescates. Perros con ocupaciones.
“En la actualidad, los perros sólo pueden comunicarse con la gente mediante sus ladridos o con el lenguaje corporal. A veces eso no es suficiente“, dice Jackson y agrega: “Los sensores pueden darles una ‘voz’ que nunca tuvieron”.
En una de sus conferencias, Jackson destaca el ejemplo real de una persona con epilepsia que tiene un perro con este chaleco y es capaz de detectar cuando va a tener una convulsión. En ese momento, el perro está entrenado para apoyarla hasta una pared y evitar que se caiga, o mediante la tecnología del chaleco llamar a emergencias y darles su ubicación por GPS. Otra utilidad importante que puede tener esta tecnología es la detección de explosivos: el perro podría avisar al personal de seguridad sobre la peligrosidad de su hallazgo, y éste actuar en consecuencia.
El invento hace recordar a Dug, el perro de la película “Up” de Disney-Pixar, que usaba un curioso collar que le permitía comunicarse con las personas, al transformar sus ladridos en palabras. Con este chaleco, la realidad parece no estar tan lejos de esa película animada.
El proyecto está aún en fase de pruebas. Jackson trabaja en demostraciones de búsqueda y rescate en laboratorio. En la actualidad, los perros que buscan una persona desaparecida pueden hacerlo solos, olfateando un olor. Una vez que lo encuentran, deben abandonar a esa persona y regresar con su entrenador, para, a continuación, dirigir a todo el grupo de búsqueda hacia el lugar donde se encontraba. Pero ahora la mujer asegura que eso puede cambiar.