“Bukele, el grande”
A lo largo de los miles de años de historia, el aire se ha llenado de cientos y cientos de discursos enamorando u horrorizando el corazón de los hombres. No es difícil imaginar a Napoleón arengando a sus soldados a darlo todo por la patria, igual a un Hitler, Calígula, Marco Aurelio, entre otros. Si nos vamos a la literatura, las proclamas militares en boca de altos mandos griegos se llevan las palmas, bueno, al menos si fueron dichos como lo narran las grandes obras de Heródoto y otros historiadores del mediterráneo.
En la actualidad la revista Time ha revelado lo que para esta publicación han sido los diez grandes discursos de la historia. Al leerlos no pude más que aceptar tal lista como un claro ejemplo del poder de la palabra. Citaré a Martin Luther King en 1963 ante más de 200,000 mil personas en una marcha masiva; Eva Perón en 1952 en el que nombrando a sus seguidores como “Descamisados”, cautivó a todo Argentina, entre otros… sin embargo, al día de hoy, me atrevería a decir, en una opinión muy personal, que NayibBukele, actual presidente de la República del Salvador, desde el año 2019, por parte de la Gran Alianza por la Unidad Nacional, me ha dejado impactado al escucharlo discursar ante la asamblea general de la ONU, un discurso que aunque no muy largo, sí cargado de un gran espíritu de libertad y anhelos por llevar a su patria, considerada hasta hace algunos años, como el país más peligroso de America, a una reivindicación.
Haciendo una elegante y bien descrita analogía del hombre rico que posee una casa enorme y que vive junto a un hombre de casa sencilla, encontró el camino perfecto para dar a entender que los países poderosos no tenían derecho a inmiscuirse en su casa pequeña, esa que al ver los grandes como la limpiaba con tanto ahínco y pasión habían intentado meter su cabezota por la ventana de su casita para husmear en ella, pedirle que por favor dejara de asearla y que volviera a ser el sencillo y muerto de hambre de siempre. Su alegoría de que el poderoso nunca está conforme con sus riquezas, sino que envidia lo poquito que el pobre posee, cayó muy de peso en muchos países que durante siglos han tomado al Salvador como una nación casi insignificante y que casi no se distingue en el mapa. Con valentía calificó a la ONU como una organización obsoleta que se dedicaba a hablar, hablar y hablar, pero que los hechos jamás se aterrizaban.
Qué cosa tan mas absurda, existen países enormes que casi cruzan medio planeta y cuyo corazón gubernamental está sumergido en el odio, el racismo, la codicia y el anhelo del poder militar. Dichos países lo desean todo y hasta elevan grandes muros para que nadie se apodere de lo que según ellos han logrado a lo largo de los años. Un caso muy notable son los Estados Unidos, una nación que llegó invadiendo, asesinando y creando cientos de religiones protestantes. Hoy son los amos y reyes del racismo y la fobia por los extranjeros cuando ellos en un tiempo lo fueron. Estando en el poder se adueñaron de más de la mitad de territorio mexicano y siendo así, su lucha contra esta nación vecina ha sido encarnizada. La mano de obra mexicana es la gran hazaña en aquellas tierras, un día sin mexicanos sería un caos terrible, y con todo y ello sus modos de tratar al hispano es vergonzoso.
Bukele ama a su pueblo y toda la sabiduría y deseo vehemente porque su pueblo consiga la verdadera libertad, es a lo que le ha apostado. No ha sido sencillo y el mismo lo ha revelado. La violencia y aquellos que la fomentaban han ido desapareciendo. Hoy Bukele y su discurso en la ONU se ha viralizadotanto que los ciudadanos del mundo lo reclaman: Bukele, vente a Chile un solo día;Bukele, te necesitamos en Venezuela; Bukele, vente a Colombia. Y es que ser requerido va mucho más allá de un logro de paro a la violencia, es el poseer un espíritu de odio hacia lo que causa la inmoralidad y la corrupción de las más altas esferas del gobierno, y claro, darles guerra hasta eliminarlas.
Muchos hablan pestes del gobierno mexicano como populista y sucio. Tachan a los morenistas como gente del vulgo y de las más bajas esferas, sin embargo, México, como un país tercermundista, como lo han llamado “los grandes del mundo”, somos gente sencilla, gente que todavía cree y sigue esperanzada en que las cosas pueden cambiar. El gobierno del actual presidente nacional ha hecho mucho más de los que otros y todos juntos hicieron a lo largo de varios gobiernos. Los ataques son normales, seguro Bukele igual los tiene en su patria, sin embargo, cuando la gente apoya a la razón, los insultos se desvanecen. Entonces la gente deja de ser ciega y viene la vista, el mirar con claridad y creer que todo puede cambiar cuando son más los que buscan la libertad. Adieu.
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