“Amistades peligrosas”
A lo largo de nuestra vida nos toparemos con una gran cantidad de máscaras y muy pocos rostros. Caminaremos sendas cubiertas de buenas intenciones, promesas, personas jurando estar hasta el fin junto a nosotros y demás, pero muy pocas plantando, sembrando o cristalizando sus palabras con obras tangibles.
La palabra amistad encierra un significado tan cargado de amor, fidelidad y entrega incondicional, que lamentablemente han existido personas que han violentado este vocablo al grado de mancharlo y hacer creer a muchos que la amistad en sí no existe, que es una falacia completa el que exista eso de “mejores amigos” o “mejores amigas”.
No hace mucho las redes sociales se colapsaron por la terrible noticia de que una jovencita llamada Debanhi había desaparecido y posteriormente encontrada asesinada y arrojada en una letrina. La noticia fue tendencia mundial al grado de despertar conciencias y muchas reflexiones. La gente se involucró tanto que la tarjeta de búsqueda se publicó millones de veces.
Por estos días Ariadna, una joven asesinada en el estado de Morelos viene a convertirse en un símil al caso de la regiomontana. Si el crimen es totalmente distinto, las amistades suelen ser los factores que podríamos decir, detonaron o fueron un causal para la verificación del crimen. Es aquí donde hablamos de la peligrosidad que pueden tener ciertas amistades en nuestras vidas. Muchas de ellas podrían manifestar un apego hacia nuestra persona, ser atentos y estar tan al pendiente de nuestra vida que podríamos vivirles agradecidos, sin embargo, nunca se sabe quién es en realidad un verdadero amigo y quién no. Es curioso, pero los que crees que son tus amigos, muy rara vez festejan tus triunfos y mientras tú publicas en redes sociales tal o cual logro en tu vida y que suele ser de vital emoción para ti, los amigos callan o se limitan a dar un “like”, porque dar un “me encanta” sería ser excesivamente hipócrita. Las redes sociales están llenas de personas falsas aparentemente celebrando tus triunfos, cuando en realidad, si no les corroe la envidia, si la apatía. Por otro lado, son esas amistades peligrosas las que solicitan, como derecho de ser los mejores amigos, recibir los beneficios de tus triunfos, por ejemplo, que se les obsequie tu primer sencillo como cantante, tu primer libro publicado, ser invitado gratis a tu restaurante recién inaugurado, etcétera, pero por otro lado suelen ser ellos mismos los que terminaran por voltearte la cara a la primera de cambio, por algún desacuerdo y en el peor de los casos, enterrarte o tirarte a la basura luego de haberte asesinado con saña.
El caso Debanhi fue todo un suceso en el que las supuestas amigas, esas que nunca debieron dejarla sola, terminaron siendo acusadas u acosadas por la sociedad en redes sociales y en persona, por su apatía y no protección de su amiga. El abandono a media noche provocó que la chica perdiera el rumbo, fuera secuestrada y sucediera lo que ya todos conocemos. Al día no se ha encontrado un culpable real y el caso terminó siendo un caso abandonado.
Durante el proceso de búsqueda de Ariadna, Vanessa, su mejor amiga, publicó en redes sociales la alerta. Lamentó una y otra vez que no se le encontrara pronto y temía hubiera sido víctima de algún malnacido. Cuando se notificó que su cuerpo había sido encontrado, estalló doblemente herida exponiendo nuevamente en redes su profundo pesar por la pérdida de una mujer que había significado mucho para ella. Durante las horas de velación estuvo junto al ataúd llorando como si hubiera perdido a una madre y se mantuvo cerca de la familia.
Cuando la fiscalía comenzó a investigar a conciencia, se dieron cuenta que entre los implicados en el asesinato había estado Vanessa. Por obvias razones la sociedad se escandalizó al no creer la terrible magnitud de hipocresía contenida en una mujer y otros personajes inmiscuidos en el crimen. De hecho, el hombre que había cargado el cuerpo muerto de la chica y que lo había llevado hasta su auto para ir a tirarlo a la vera de un camino, igualmente había estado en el sepelio y horas atrás, conviviendo con las chicas en un departamento.
Para nuestra desgracia, las personas que suelen ser genuinos amigos, están peligrosamente en extinción, y lo están precisamente porque gobierna la envidia, la falsedad y una mala costumbre de pedir siempre algo a cambio.
La realidad es que no se va por la vida buscando amigos y mucho menos analizándolos a todos para descubrir quiénes son las amistades peligrosas y cuáles no. Se va por la vida relacionándose con personas y es en esa ruta en la que vas conociendo gente que intuyes puede ser beneficiosa a tu alma, pero como en estas historias terribles que hemos contado, quienes creemos que estarán junto a nosotros hasta el final, lo están, pero para darnos una muerte infame y terrible. Adieu.
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