La pluma profana de El Markés

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“Jóvenes destruyendo el futuro”

2022 es el año de la criminalidad en México. La transgresión está tan bien organizada que los diferentes grupos delictivos tienen segmentado al país, de modo que cada uno tiene sus propias plazas, su propia gente y sus modos de hacer de la corrupción en alianza con el gobierno, el modo más sencillo de navegar por todo el territorio en una total impunidad.

El cine mexicano contemporáneo ha hecho recreaciones espeluznantemente tan cercanas a la realidad, que nos horroriza que eso es sólo un poquito de lo que en realidad sucede. “La ley de Herodes”,  “El Infierno”, “Amores perros”, entre otras, son un ejemplo de la perdición que se vive segundo a segundo en los barrios más bajos de cualquier ciudad en México, así como también en las altas esferas.

Todavía hasta el 2021, unos treinta mil menores engrosaban las filas del narco. Una gran parte de ellos eran levantados de los barrios más pobres y ya llevaban en ellos la fuerza bruta de defenderse de cualquiera que quisiera hacerles daño. Siendo así, al arribar a los campos de entrenamiento de quienes manejan la narco delincuencia, no les costó mucho trabajo adaptarse a un estilo de vida que prometía, en caso de fidelidad, una notable remuneración. Con sorpresa y conforme se fueron dando diversas detenciones, los muchos espacios noticiosos comenzaron a develar nombres y rostros de hombres y mujeres menores de edad con actitudes tan sangrientas, que eran capaces de mandar decapitar a este o al otro sin una pizca de remordimiento.

La denominada Cuarta transformación, comandada por el actual presidente de la república se ingenió un programa juvenil denominado “Jóvenes construyendo en futuro”, y esto como una intentona para sacar de la calle a muchos de los jóvenes que por una u otra cosa habían quedado sin estudios, o que estaban estudiando y necesitaban ejercer un oficio, aprenderlo y como apoyo, recibir cierta cantidad de dinero.

Con todo y que por primera vez un gobierno nacional le daba prioridad a unaJuventud de entre dieciocho y veintinueve años, hubo quienes pusieron el grito en el cielo diciendo que el gobierno simplemente estaba tirando el dinero al aire. Hubo quienes apoyaron la iniciativa y claro, por mayoría de votos hoy por hoy este apoyo sigue navegando en país. Siendo realistas esta ayuda beneficia a cientos de jóvenes, sin embargo, una cantidad lo bastante notable, hace muy mal uso de este apoyo. El futuro dirá si estos jóvenes en realidad construyeron su futuro o simplemente utilizaron este apoya para continuar denigrándose.

Existen becas como la de manutención, servicio social, excelencia, titulación, prácticas profesionales y hasta becas de movilidad nacional e internacional. La realidad es que hoy, con todo y que el gobierno federal le ha apostado a la educación, existe una tremenda horda de jóvenes, sí, se lee feo, pero eso es lo que son, una tropa, caterva, cuadrilla, pandilla o todo lo que se le parezca que hace de todo con los beneficios obtenidos, menos el indicado, que es estudiar. Las redes sociales son el mejor indicador de que los jóvenes hoy en día son todo, menos el buen futuro de México. Desafortunadamente son sólo una exagerada minoría quienes agradecen este empuje que los llevará a lograr sus objetivos cuando en casa ya es difícil aportar para estudios.

Los diversos grupos delictivos en México y Sudamérica le apuestan a la Juventud porque en ella está el vigor, el valor y el deseo de poseer riquezas de un modo lo bastante rápido.

Con la caída de los valores, muchas otras cosas se vinieron al traste. Antes los consejos eran oro molido; hoy los consejos de los adultos son para los jóvenes pura necedad. Su opinión, que nadie desconoce, es que los adultos no dejan vivir la vida, que envidian a los jóvenes porque ellos ya están viejos. No es hasta cuando alcanzan la mayoría de edad, cuando empiezan a enfrentar la brutal realidad de la enorme necesidad del estudio y se dan cuenta de que lo que se les decía tenía mucha realidad y nada de necedad.

Hoy los fines de semana y durante las fechas de entrega de becas, muchos jóvenes se van a los bares, a sitios de juegos y despilfarran el beneficio. Otros se compran ropa de moda y artículos que nada tienen que ver con el objetivo deseado. Es así como los ideales juveniles se corrompen ante una sociedad consumista que solo piensa en el momento y creyendo que el futuro está tan lejos como para perder el tiempo y la mocedad en ello.

Es entonces el proyecto gubernamental de Jóvenes construyendo el futuro, lo que pasó a ser en muy poco tiempo el de Jóvenes destruyendo su propio futuro.

Mi pregunta siempre ha sido ¿cómo hubiéramos reaccionado la generación de los años sesenta, setenta u ochenta si hubiéramos tenido un beneficio como el que ahora reciben los jóvenes? Al día de hoy tendríamos la respuesta en la mano. Seríamos mucho mejores de lo que somos o por otro lado, una total perdición. Adieu.

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