La pluma del viajero

0
27

“Ximena y ¿el fin de un todo?”

 Y de pronto ¡¡¡Pummm!!! Tu cuerpo está ahí, inerte y con su humanidad todavía temblorosa en esa resistencia del cuerpo que tramita las últimas acciones antes de pasar a ser algo completamente muerto, ¿muerto? ¿Para quién? Me atrevería a decir que casi para todos, hasta para los amigos, pero para una madre, un padre o unos hermanos, jamás.

Y mientras los equipos de rescate, seguridad pública y la inminente curiosidad ajena hacen lo suyo, el cuerpo sigue ahí, vulnerado y siendo el cenit de un todo, la actriz o el actor de la escena más contundente en la película más triste jamás grabada.

Ximena pasó a ¿mejor vida? ¿Quién diantres inventó esa promesa de una vida excelsa después de esta? ¿Quién ha dicho que Ximena no era feliz en su día a día y que no deseaba otra cosa que seguir aquí y con los suyos?

Y de pronto ¡¡¡Pummm!!! El cuerpo de Ximena que solo pretendía cruzar la calle, seguir por la acera o ir en busca de alguien que ya la esperaba, quedó ahí luego de una repentina emboscada del destino causándole la muerte casi instantáneamente… ¿qué tan instantáneo puede ser el momento del  golpe antes de dejar de estar consciente? Un lapsus casi invisible, diáfano, intocable, imperceptible… ¿qué se piensa en ese soplo antes de dejar de ser o empezar a ser?

Existen noticias que pasan las fronteras territoriales, globales les dicen algunos, internacionales. Noticias que estremecerán el alma de un coreano como de un iraní o un colombiano… Ximena es algo local con un sentimiento global. Que todos se enteren que ella solo pretendía vivir su sábado como cualquier otro joven de su edad. Lo aberrante viene después con el morbo implacable de las crudas imágenes mostrando lo vulnerable que solemos ser cuando las redes sociales infringen nuestra intimidad.

Dice la escritora, historiadora y primera dama de México, Beatriz Gutiérrez Müller, en su libro “Feminismo silencioso”, que la filosofía nace de desde un punto que mueve un todo, un algo o un lo que sea. El secuestro violento de una persona nos hace reflexionar sobre el por qué sucede ese tipo de eventos; pasa lo mismo con un crimen pasional, la trata de personas o el por qué los accidentes mineros nunca son resueltos con justicia. Y empezamos a pensar, a meternos en un soliloquio que nos arrastra a una introspección tan cavernosa que resulta ser festiva o dolorosa según sea el caso. Justo ahí, en el punto certero del monólogo nace la filosofía. Hoy todo Sabinas y la Región Carbonífera estamos en ese punto filosófico que nos está llevando a divagar y pensar en lo que estará sintiendo la madre, el padre, los hermanos; pensando en qué significa la muerte, la vida, nuestro paso furtivo por este periodo de tiempo llamado existencia. Muchos van más allá pensando en eso de “Ya estaba escrito”, “A todos nos llegará el día” o “para todo hay solución menos para la muerte”… y efectivamente, ya estaba escrito que existen reglas de tránsito que no se cumplieron. Que a todos nos llegará el día, como claro, como esperamos que al culpable por fin le haya llegado el día de que por fin sea detenido pues, es muy probable que su actitud de cafre no haya sido únicamente de ese trágico evento, sino que su actitud era ser siempre así… y pues de que hay solución para todo menos para la muerte, pues desde este punto en el que nos encontramos tan frágiles, adoloridos y muy vulnerables, no deseamos otra cosa que todo el peso de la ley y másallá caiga sobre el o los culpables. En lo personal me sería sabroso que el dueño del auto estacionado sobre la banqueta fuera detenido porque, ¿Qué hubiera pasado si estuviera estacionado correctamente? Eso tal vez le hubiera dado oportunidad a Ximena de que esos cuantos centímetros hoy la tuvieran con vida… ¿Qué estoy haciendo? Efectivamente, filosofando sobre lo que fue o lo que hubiera sido. Ya lo dijo la gran Beatriz Gutiérrez Müller:

“Cualquiera de nosotrosse sumerge en la explicación o búsqueda de respuestas ante aquello que nos hechiza o impacta ya sea por su fealdad, su maravilla, su dolor, su hermosura; por las rasgaduras que nos deja, por la curación que ofrece, o por su espontaneidad y su forma casi milagrosa de aparecer y desaparecer como una ráfaga en el infinito”

Beatriz Gutiérrez Müller
Feminismo silencioso 2024

El asunto de Ximena es un caso local que debiera tener repercusiones internacionales. Ella solo pretendía vivir su sábado como muchos otros lo estábamos haciendo, y es que era un sábado, ese día tan deliciosos en el que una gran mayoría descansa, visita a los amigos, a la familia, sale de compras, a hacer pagos, a ver las tiendas… y Ximena terminó ahí con su celular en alguna parte y que tras ser analizado se descubrió su nombre… ¿y el culpable? Las vertientes que arrojaron tal suceso son muchas y en redes sociales todos nos volvemos investigadores, peritos, opiniologos, jueces, detractores, pastores, sacerdotes, chismosos y hasta videntes. Hay quien habla de la culpabilidad de un auto estacionado sobre la banqueta y otros, crucifican al hombre que venía a gran velocidad perdido totalmente el control de la unidad.

Y de pronto ¡¡¡Pummm!!! Aquí estamos sentados en la sala de nuestra casa pensando en un ¿por qué?; trabajando en la maquila y mientras nuestras manos manufacturan, los pensamientos adolecen; penamos mientras conducimos, cocinamos, vemos la tv, comemos en algún restaurante. Estamos pero no estamos. Sonreímos pero nuestra mente está allá. Hoy todos vivimos en una muy mala digestión emocional de la que no podemos salir porque no existe un medicamento que cure el saber que ella no resucitará ahora, que no podrá retroceder aunque sea 30 segundos y que no pasara por ahí, no, no hay nada que nos alivie algo que aunque muchos podrían decir que no nos incumbe porque no es ni siquiera prima, hermana, sobrina o qué se yo, no, no lo es, pero es una situación que nos arde porque somos humanos, somos del pueblo y ella, Ximena era de los nuestros.

Ximena, el fin de un todo, ah, pero eso sí, el comienzo de un algo dirán los religiosos y creyentes en una vida más allá de esta.

Hoy todos somos Ximena porque sabemos que somos vulnerables. Por un buen tiempo el síndrome mosca será parte de nuestra vida. Salir a la calle implicará activar ese síntoma en el que debemos tener ojos hasta en el trasero para ver de dónde viene el peligro. Intentaremos evitar las calles más peligrosas si somos personas de a pie. Ximena es un caso local con enseñanza internacional. Hoy estamos, mañana sólo un cafre, lo sabe.

JUAN DE DIOS JASSO ARÉVALO
EL VIAJERO VINTAGE

Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!