Amanecimos con que el nuevo período escolar había dado inicio y al mismo tiempo que un hombre, padre de familia,se había hecho encadenar a la reja principal de una centenaria escuela primaria en el estado de Coahuila.
Acusaba a la directora de la institución de discriminación contra su hija. Según su versión a la prensa local, no era ni una ni dos ocasiones en las que la máxima autoridad de dicha escuela tomaba actitudes negativas contra la alumna. Iba desde menospreciar sus logros educativos; premiar a todos menos a ella y hasta llegar a quitarle la silla especial que tenía por ser zurda. La acumulación de detalles humillantes llevaron a este padre de familia a hacer lo propio dejando a todo un alumnado sin clases apenas iniciado el ciclo escolar.
Los usuarios en redes sociales, jueces inclementes de las problemáticas socialesen el mundo, se dividieron unos a favor y otros en contra. Mientras que unos le decían que se dejara de tonterías y se fuera a trabajar, otros por su lado, apoyaban la proeza ante la apatía de muchos otros padres de familia que optaban por mantenerse callados y no meterse en problemas.
La actitud de apatía por parte de muchos tutores no es algo nuevo. Son muchos los que prefieren dejar a sus hijos en manos de la crueldad de un profesor, antes que ir y enfrentar una problemática que a la larga puede causar severos trastornos en el educando. De igual modo son muchos los alumnos que optan por guardar silencio ante el acoso, la violencia, la humillación o el desprecio para no verse luego ridiculizados. El ridículo es el peor de los miedos que puede tener un adolescente. Verse evidenciado en redes sociales es un asunto tan abrumador que ha llevado a muchos al suicidio.
Como seres humanos nos es básica la instrucción secular y la religiosa. Ambas sapiencias son un algo que regirá nuestra existencia y es en base a nuestro aprovechamiento en ambas disciplinas, como hemos de tomar las mejores decisiones en el devenir de los tiempos. Nos es necesario el conocimiento terrenal como el divino. Habrá muchos y de sobra diciendo que este último es para tontos, opinión muy difundida por el filósofo alemán FiedrichNietzche. Mantener esta segunda educación es cuestión muy personal.
El siglo que pisamos y en particular los días que vivimos son de los más complicados en relación con la educación de los hijos. Se sabe que es prioridad, sin embargo, cada vez es más elevado el índice de desconfianza que germina en el alma de los ciudadanos.
El abuso siempre ha existido. A últimas fechas las redes sociales se han encargado de evidenciar el mal manejo de clérigos y profesores al momento de educar a los menores de edad. De la misma manera se ha evidenciado la mala educación recibida en casa y que es manifestada en el salón de clases donde los estudiantes humillan a los profesores.
Para infortunio de muchos, tanto la mala educación impartida por un profesorado o por clérigos, muchas veces es solapada por altos mandos en la educación en México y por El Vaticano en el caso de la iglesia.
Son muchos los infantes que han sido vejados en las aulas escolares, igual en los recintos denominados sagrados. El daño sicológico perpetrado a muy corta edad muy pocas posibilidades tiene de ser reparado. Siempre se llevará en la memora la humillación sufrida a manos de un maestro, el manoseo de un profesor contra una alumna, el chantaje de recibir algo a cambio de no ser reprobado o en el peor de los casos, ser abusados sexualmente.
Con todo y que existen maestros y clérigos encargándose de corromper el alma de los jóvenes, también es cierto que una buena parte de la mala educación que poseemos es por el hecho de prestar más atención a quien no debemos. Optamos por la opinión desviada de un “hombre de mundo” con pretensiones pecaminosas, antes que el “anticuado” consejo de un padre o de una madre.Somos dados a pretender ser quienes no somos con tal de encajar en una sociedad que no nos corresponde. Y es así y con todas las facilidades que brindan las redes sociales como muchas jovencitas y jovencitos desaparecen en la nada.
Hoy la mala educación me dice que escuche al artista de moda o albloguero del momento. Olvidamos quela buena educación viene de los buenos libros y de los claros consejos. Sí, se leerá aburrido, sin embargo, en este mundo actual en que lo “moderno” nos está perdiendo, lo “anticuado” viene a ser la única salvación.
La mala educación depende en mucho de nuestras opciones a elegir. Ataquemos el peligro, denunciemos al abusador, socorramos al depresivo, sólo así lograremos sobrevivir en esta pantanosa mala educación que nos invade. Adieu.
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