Hoy todos somos zapotecas, ¡Qué! ¿Le avergüenza escucharlo? Pues más valdría que no fuese así pues hoy, nos agrade o no, todos lo somos cuando por tres conejos muertos, un habitante oaxaqueño ha sido condenado a una década en prisión.
Cuánta razón tenía Voltaire, el gran enciclopedista y filósofo francés cuando expresamente apuntó que los pueblos a los que no se les hacía justicia, estos, tarde que temprano se la tomaban por sí mismos. Nada más claro en un México en el que en pleno 2017 las injusticias sociales están a la orden del día. Por una parte las que aporta el mismo gobierno y sus abusos y por otra las de la mal habida sociedad con sus atracos al patrimonio nacional como lo es el petróleo y la plaga de los huachicoleros. Tanto de un lado como de otro las ilegalidades van mermando la seguridad emocional de una gran mayoría de connacionales que lo único que van buscando es acarrear para sí mismos y sus familias una paz duradera. Siendo realistas un gran porcentaje de mexicanos ya ni atención le pone a la elevación o pérdida de valor del peso frente al dólar. Ya si la inutilidad del gobierno para mantenernos bien como ciudadanos es muy mediocre, muchos desean aunque fuere tener seguridad en estos tiempos en los que los cárteles de la droga nos han quitados hasta el sueño.
Bien podríamos hablar de injusticias mundiales, por ejemplo las habidas contra el campesinado peruano que a la fecha ha acarreado un sinnúmero de muertes en un intento por que sean respetados sus derechos territoriales; también podría citar a los pescadores colombianos que desde hace años luchan por evitar la colocación de empresas chinas o cualquier otra nación extranjera en sus litorales pues bien saben que el daño ecológico podría ser irreversible. Extenderme al citar losabusos contra el campesinado o la clase trabajadora que son las que alimentan a las clases altas, sería agotador e inútil. Bien sabemos que tanto Argentina, Bolivia, Venezuela y otros países del cono sur padecen las de Caín a causa de sus malos gobiernos.
Santa María Ixcotel en Oaxaca cuenta con uno de los penales más obsoletos del país, carece de todo pero cuenta con los criminales más peligrosos de la región. El edificio es famoso por su sobrepoblación, carece de lo más básico en equipo médico, deficientehigiene, mala alimentación, pocas actividades deportivas, adultos mayores sin dietas adecuadas y discriminación.
El deceso de tres conejos condujo a Heliodoro Morales Mendoza a ese penal en el que por falta de criterio y sensibilidad por parte de la justicia oaxaqueña, ahora vive un verdadero calvario al estar rodeado de auténticos asesinos y traficantes de drogas.
Y es aquí donde vamos a dar con Heliodoro Morales Mendoza, un ciudadano de Tlacolula de Matamoros, en Oaxaca, preso por matar tres conejos.
El hombre saltó a los titulares cuando no hace mucho fue tomado cautivo por una demanda impuesta en su contra por haber matado tres conejos en el 2012 en una zona comunal. Se le dieron nueve años de cárcel por haberlo hecho en un sitio con vestigios arqueológicos y peor aún por atentar contra la biodiversidad de la zona. Lo increíble fue que no fue hasta el año de 2016 cuando fue requerido.
Fue justamente el artículo 420 en cuya fracción III dice que
“Se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de 300 a 3 mil días de multa, a quien ilícitamente: Realice actividades de caza, pesca o captura con un medio no permitido, de algún ejemplar de una especie de fauna silvestre, o ponga en riesgo la viabilidad biológica de una población o especie silvestres”, lo que llevó a Heliodoro tras las rejas.
Según su abogado, el hecho se cometió en un área protegida, pero tampoco está acreditado, a nuestro criterio, cuál es el grado de afectación que se generó en esa zona como para decir que amerita una sanción como lo está pidiendo el Ministerio Público.
Siempre ha sido así desde que existe el poder en un hombre. Los civiles siempre serán vulnerables. La aplicación siempre será floja para quien no tiene cómo defenderse o carece de medios económicos para la contratación de un abogado. La justicia para ellos siempre será inhumana, llana y simple. El quejoso, pese a tener muchas veces las pruebas en la mano es tratado como culpable recibiendo actos de injusticia…. ¿Ahora piensa diferente? Hoy todos somos zapotecas. Si tiene Facebook o Instagram ponga la bandera de México sobre la imagen del estado de Oaxaca tal como lo hace cuando en Siria, Venezuela, Francia u otro país padece un cataclismo. Hoy hay discriminación en Oaxaca y en muchos otros estados cuyo índice de alfabetización es muy notorio. Por eso mismo le digo que más le valdría que no enfadarse por decir que hoy todos somos Zapotecas, hoy todos somos Heliodoro Morales y hoy todo somos humanos.
No hay nada más peor para un ciudadano que busca vivir dentro de los parámetros de la sociabilidad que ser gobernado por una autoridad ciega y sorda a sus necesidades.
Del mismo modo como lo hicieran un sinnúmero de políticos mexicanos que en su intento por sacar al país de la opresión perdieran la vida, Robespierre, también llamado “”El incorruptible” y que participara activamente en la elaboración de la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” en Francia, fue guillotinado junto a otros luchadores sociales en plena plaza pública. En cierta ocasión dijo: ¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?
Hoy todo mexicano se hace esa pregunta cuando mira que la balanza de los beneficios, cualesquiera que estos sean, se inclinan a favor de los que más tienen. Por años se ha vivido en un régimen ataviado de democracia en el que subsistimos como pececillos con un mínimo de agua.
El punto flaco del mexicano es el hecho de que aún y cuando nos duele lo que nos hacen, nunca actuamos con la suficiente fuerza, colectivamente hablando, para erradicar al mal gobierno.
¡Tres conejos! ¡Válgame Dios! ¿Qué clase de país es este? ¿Dónde demonios nos tocó vivir y bajo qué régimen? ¿Qué lideres tan pobres de criterio elegimos para que nos representen frente al mundo?
No cabe duda que el gobierno debe sensibilizarse y hacer de sus gobernados una raza conforme, una raza contenta, una raza satisfecha de haber votado por quienes prometieron un reino de paz social, una paz que a las claras prometía relajación en todos los sentidos, social, cultural y económica. No hay vuelta de hoja, si queremos un mundo en concordia y de justicia hay que poner resueltamente la razón al servicio del amor. Adieu.
Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!