TULTEPEC, MÉXICO.- José Raúl Escobedo, comerciante de pirotecnia del mercado de San Pablito, en el municipio mexiquense de Tultepec, apenas alcanzó a escapar de la explosión registrada ayer martes en el sitio.
José Raúl tiene 27 años, desde hace 15 participa en el negocio familiar de venta y fabricación de fuegos artificiales, pero creció en el local de su abuela, que quedó destruido debido al accidente de ayer martes.
“Era un bonito día, parecía que cerraríamos el día tranquilos”, declaró José, en entrevista con EL UNIVERSAL.
El martes 20 de diciembre, cerca de las 14:40 horas, una serie de explosiones en cadena causaron la destrucción del mercado más grande de pirotecnia en el país; al menos 32 personas murieron y 71 resultaron heridas.
José trabajaba con su abuela cuando todo comenzó.
“Escuchamos gritos y casi al instante la primer explosión”, recordó el entrevistado.
El comerciante y su abuela no lo pensaron y corrieron hacia la salida del mercado; José refirió que escuchó varias cortinas cerrándose, por lo que cree que algunos dueños de locales, que querían proteger sus productos, perdieron tiempo y quedaron atrapados.
“Algunos comerciantes fueron alcanzados por proyectiles de ladrillo”, señaló José Raúl.
Escobedo logró sacar su auto antes de que el fuego lo inundara todo; tras poner a su abuela a salvo, y acompañado de su padre, el joven regresó al lugar de la tragedia para tratar de ayudar a quien lo requiriera.
“Es una escena que dudo mucho que se me olvide algún día”, argumentó el “cohetero” al describir los primeros efectos de la explosión: “A pie de la entrada de un baño empezaron a poner cuerpos calcinados, algunos heridos caminaban tratando de ponerse a salvo…no podíamos hacer nada más que ayudar a poner a salvo a la gente lastimada.
“Mi papá me pidió que me fuera a ver cómo seguía su abuela”, explicó José, quien considera que su padre no quería que éste siguiera siendo testigo de la escena:
“Algunos heridos, en estado de shock, no querían ni ser atendidos ni ayudados, sólo se paraban y seguían caminando en lo que llegaban las ambulancias”.
José Raúl indicó que pronto se cerraron los accesos al mercado, por lo que ya no pudo regresar.
El entrevistado confesó que un rumor corre entre los sobrevivientes: que gente que vendía productos de pólvora prohibida son los responsables del accidente.
“Al menos para nosotros es prioridad acatar las normas de seguridad”, agregó el comerciante, quien no considera “justo” haber sido afectado por “personas ambiciosas”.
José no pudo comunicarse con sus familiares hasta entrada la noche; sus seres queridos pudieron respirar, ya que temían que él, su abuela y su padre pudieran haber sido víctimas del fuego.
Debido a que su local se destruyó por completo, el “cohetero” no sabe cómo va a sostenerse su familia, aunque confesó que cree que recibirá apoyo del Estado de México: “El gobierno del estado siempre ha creído en nosotros y sabe que siempre hemos sido profesionales”.
Sobre las personas que critican su oficio y que consideran que éste está mal, el joven opinó que los detractores “ignoran lo que hacemos” y destacó que la pirotecnia mexicana es reconocida a nivel mundial: “Hasta en China, y eso que ellos inventaron la pólvora”.
“Desgraciadamente hay accidentes, pero ya sabes que hasta los mejores tienen tropiezos”.
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