TOKIO.- El organismo nuclear de Naciones Unidas respaldó el plan de Japón de descargar aguas residuales radiactivas al mar desde la planta nuclear dañada de Fukushima, señalando que cumple con las normas internacionales y que su impacto ambiental y para la salud será ínfimo.
Grupos surcoreanos, chinos y de algunos Estados isleños del Pacífico se oponen debido a inquietudes por la seguridad y por razones políticas. Las organizaciones pesqueras locales temen el daño a su reputación aunque su producto no esté contaminado.
El titular del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, presentó su evaluación final del plan al primer ministro Fumio Kishida el martes.
🇯🇵 Japón se prepara para liberar al océano más de un millón de toneladas de aguas tratadas, pero aún contaminadas, que sirvieron para refrigerar la accidentada central nuclear de Fukushima, una medida que preocupa a países vecinos, como China y Corea del Sur. pic.twitter.com/R6gQ3oAgyQ
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 1, 2023
El informe “es una evaluación exhaustiva, neutral, objetiva y científicamente sólida”, dijo Grossi. “Le tenemos mucha confianza”.
Impacto radiológico será ínfimo en la gente y el ambiente: OIEA
El OIEA reconoce que la descarga “ha generado inquietudes sociales, políticas y ambientales asociadas con los aspectos radiológicos”. Pero su conclusión es que la descarga de agua residual tal como está planeada “tendrá un impacto radiológico ínfimo en la gente y el ambiente”.
El plan y los equipos para la descarga están “en conformidad con las normas internacionales acordadas y su aplicación”, dijo Grossi.
Dijo que la dilución del agua residual procesada, pero levemente radiactiva para su descarga gradual al mar, es de uso común en otros países como China, Corea del Sur, Estados Unidos y Francia para deshacerse de agua que contiene ciertos radionucleótidos de las plantas nucleares.
Japón ha buscado el apoyo del OIEA para darle credibilidad al plan. Expertos del organismo de la ONU y 11 países han viajado varias veces a Japón desde principios de 2022 para inspeccionar los preparativos del gobierno y del operador de la planta, Tokyo Electric Power Company Holdings.
Algunos científicos sostienen que aún se desconoce el impacto que tendría la exposición a largo plazo a los nucleótidos. Otros dicen que el plan de descarga es inocuo, pero exigen mayor transparencia en el muestreo y la supervisión.
Kishida dijo después de su reunión con Grossi que Japón seguirá brindando “explicaciones detalladas basadas en pruebas científicas con un alto grado de transparencia tanto hacia el interior como hacia el exterior”.
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