La reina Isabel II inauguró hoy las sesiones del Parlamento británico con una veintena de iniciativas de ley que definen el programa de gobierno para el próximo año en materia económica, social y ambiental.
El discurso, que en esta ocasión tuvo una duración de ocho minutos, es considerado el evento constitucional más importante del año porque establece los lineamientos del gobierno en turno, en este caso el del Partido Conservador encabezado por el primer ministro David Cameron.
Entre las leyes destaca el derecho de cada hogar a tener acceso a internet de banda ancha, fomentar autos eléctricos, drones y autos no tripulados, la construcción de un millón de casas para aliviar la crisis de la vivienda y un impuesto a los refrescos.
La monarca, quien este año celebra 90 años de edad y 64 en el trono, inició su discurso haciendo mención a la golpeada clase obrera, la cual ha sido la más afectada con los recortes presupuestales y la crisis económica.
“Mi gobierno usará esta oportunidad para fortalecer la economía, ofrecer seguridad a la gente trabajadora e incrementar sus oportunidades de vida”, señaló la monarca.
Un toque de fanfarrias dio la bienvenida a Isabel II y a su esposo Felipe, Duque de Edimburgo, de 94 años de edad. La reina llegó al recinto legislativo ataviada de blanco y la anticuada capa de Estado de terciopelo rojo de más de cinco metros de largo, sostenida por tres pajes.
Entre las iniciativas de ley figuran reformas al sistema penitenciario con el cierre de cárceles obsoletas, una tarifa a extranjeros que utilicen el sistema nacional de salud pública (NHS) y nuevas leyes para combatir el extremismo islámico.
La reina portó la Corona Imperial del Estado (Imperial State Crown), compuesta de más de dos mil 800 diamantes, que solo se utiliza en coronaciones y aperturas del Parlamento, en una ceremonia que contó con la pompa y circunstancia de todos los años.
La monarca fue trasladada en un carruaje del Palacio de Buckingham en un breve trayecto hacia el Parlamento de Westminster, que alberga el famoso Big Ben.
En su calidad de jefa de Estado, la reina Isabel leyó el discurso que cada año es preparado por el gobierno y aprobado por el Consejo de Ministros.
La Cámara de los Lores (Cámara Alta) y la de los Comunes (Cámara Baja) iniciaron los trabajos parlamentarios una vez que la reina se retiró con la misma puntualidad inglesa con la que llegó.