“Infancia robotizada”

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Qué difícil es vivir en nuestro país siendo niño. Existen muy pocas cosas que los privilegien como tal. Queramos o no, el mundo y sus beneficios están fabricados por adultos y egoístamente para adultos. Unas cuantas cosas se han medio ambientado para que la infancia se divierta como si fueran una especie de favor a su existencia serena o inquieta.Es triste aceptar que muchos padres de familia crean que mantener entretenido a este sector de la sociedad proveyéndoles de dinero, ropa de moda o estúpidos juegos por internet que los atontan en lugar de aligerarles las ideas, están contribuyendo a su desarrollo. Una y otra vez las redes sociales han evidenciado crímenes escolares perpetrados por los mismos alumnos o abuso a los abuelos por parte de los hijos. La más notable y evidente característica de tales actos es sin duda alguna el enfriamiento de sus corazones. Tal congelación emocional viene de las maneras mecánicas en las que se imparte la educación, tanto en el hogar, como en las aulas escolares. La educación secular depositada en manos de maestros  laborando en automático y sin emociones, y por otro, padres de familia abocados a sus oficios o actividades lúdicas.

Se ha hablado mucho de La Declaración Universal de los Derechos Humanos, de La Carta Internacional de los Derechos Humanos, del Comité de los Derechos del Niño y muchos otros documentos que tienen por finalidad la protección de la infancia. No desconocemos que muchos de estos pliegosno pasan de ser eso,documentacioneshermoseadas como poemas que en efecto, se escuchan bien, pero que llevarlos a la práctica comúnmente resulta infructuoso.

Si tuviésemos la filosofía que tuvieron los antiguos griegos en la educación de sus hijos, hoy no tuviéramos el duro desafío de estar atestados de Ninis por doquier. En la antigüedad las madres se encargaban del cuidado de sus hijos para inculcarles el socializar y jugar en grupos para aprender a desenvolverse. Hoy en su gran mayoría los hijos son destinados al cuidado de personas ajenas al seno familiar.

La tecnología es fantástica en su evolución, nada mejor que todas esas comodidades que se nos ha brindado, sin embargo, junto con la comodidad nos ha caído encima lo pesado de una niñez y Juventud embrutecida por las redes sociales. La inutilidad impera en muchos niños que viven encerrados en cuatro paredes con los ojos puestos únicamente en un aparato móvil. Les causa risa servir al país o mínimo a sus propios padres.

Existen naciones que siempre serán notables. Tal notoriedad no sólo es por su militarización o por lo magnánimo de su tecnología. Su gran preponderancia es a causa de una educación que por ser tan práctica y efectiva, únicamente ha logrado desde un ayer convertido en un presente, naciones ricas y progresistas.  Se ha dicho que los niños son seres humanos en embrión. Personas que se preparan para vivir una existencia plena. Yo pienso que no es así. Cada etapa de la vida tiene su plenitud de goces, sus momentos de felicidad que en ninguna otra época se puede vivir. Por siglos hemos vivido en un escandaloso retroceso justamente por causa de esa corta visión que se tiene de la infancia.

No tiene mucha dificultad dar con un niño que está siendo perseguido y azorado por uno o más compañeros de escuela. Su modo de comportarse tiene a evolucionar notablemente. A parte de los hematomas o heridas en el cuerpo, existen otras señales como los cambios de apetito y descenso en su peso, malas notas, falta de sueño, aislamiento, ansiedad, irritabilidad etc.

Creer que castigar al niño que persigue y maltrata a sus compañeros en la escuela, es una idea errónea. El bullying no se erradica con la violencia ni con la segregación. El joven que hiere posee dentro de él una carga emocional por descubrir. Decir que es sencillo encontrarla es absurdo. Es justamente nuestra tarea como sociedad el hacer parte de las actividades a todos esos jóvenes aislados y con actitudes rebeldes.

Nada mejor que lo práctico para evitar llegar a esos puntos de tristeza en los cuales nuestros hijos llegan a convertirse en victimarios de otros. El acercamiento en el hogar es más que vital en una sociedad putrefacta y llena de vicios que chupan a nuestros hijos, los envuelve y luego los vomita en las calles y callejones convertidos en drogadictos, ladrones, ninis, una carga a una sociedad que más requiere de su fuerza que de su peso.

Existen una y mil maneras de arrancar a los niños y  a los jóvenes de las garras de una modernidad agobiante o de una existencia robótica. En ninguna parte se ha dicho que sea optimo alejarlos de tal avance tecnológico pues eso sí sería catastrófico, pero sí de todo aquello que por dañino lo único que ha hecho en los últimos 20 años ha sido en convertirlos en una generación de hielo, fría, gélida, congelante, una sociedad infantil destinada a ser tiranos y agobiar a diestra y siniestra.

Qué difícil es vivir en nuestro país siendo niño y no tener la fuerza de un mayor para poder defenderse. Como se dijo, existen muy pocas cosas que lo privilegien a su edad. Vive dependiente de todo y su pensar siempre ha sido de esperar para opinar y realizar.  Queramos o no, el mundo y sus beneficios están fabricados por adultos y exclusivamente para adultos y eso es hora de cambiarlo.

Hoy, sedientos de felicidad, es necesario librar a nuestros hijos de ser convertidos en autómatas que al final de nuestras vida cuiden de nosotros con un sentimiento más como un deber que como una acción de amor. Adieu.

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