Los dos kamikazes que ayer aterrorizaron el aeropuerto de Zaventem eran dos conocidos por la policía de Bruselas.
Los hermanos Khalid y Brahim El Bakraoui, eran dos individuos fichados por la justicia, pero no por actividades terroristas, sino por crimen organizado.
Uno de ellos, Khalid, había alquilado bajo una identidad falsa el domicilio en la comuna de Vorst, en donde un grupo de investigadores franco-belgas fue recibido la semana pasada con ráfagas de Kalashnikov desde una vivienda que pensaban estaba vacía.
Dichos acontecimientos condujeron a la captura de Salah Abdeslam, el terrorista más buscado de Europa desde los atentados de París.