El día a día está lleno de conflictos, de intensos viacrucis en los que se pone a prueba el material divino con el que estamos hechos. La vida en sí es una batalla contra un sinnúmero de factores que al final nos suma una existencia colmada de parabienes y para males. Nada de eso es contra la naturaleza. Existir para ser felices todos los días nos tornaría en personas raras. Aprender a solucionar los tiempos malos lo único que va fabricando en el ser humano son corazas cada vez más resistentes. Es justo a eso lo que se llama experiencia. Siempre se ha dicho que las batallas más grandes que se han efectuado en el mundo, son las que el mismo hombre enfrenta en su interior. Contra ellas no hay más armamento que el valor y el amor propio. Sin estas armas tan valiosas nuestras beligerancias estarían perdidas mucho antes de que se diera el grito de guerra.
Steve Jobs, uno de los más grandes genios que ha tenido el planeta en los últimos tiempos, falleció a raíz de la metástasis de un peligroso cáncer de páncreas. Luchó por mucho tiempo para salir bien librado de ese enemigo que poco a poco lo fue consumiendo hasta que en el año 2011 falleció a los cincuenta y seis años.
Este revolucionario de las computadoras expresó en una ocasión algo que a la fecha muchos siguen tomandocomo algo inspirador:
“Cada día me miro en el espejo y me pregunto: ‘Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’ Si la respuesta es ‘no’ durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”
Sencillo no es cuando en un examen manual en casa sientes que las yemas de tus dedos han tocado “algo”. Ese algo que con el paso de los minutos, el miedo, la incertidumbre tiende a golpear fuertemente a una mujer. Existen muchas que prefieren vivir con el miedo antes que acercarse a un especialista a hacerse una revisión. Existe tanta desinformación que a causa de ese recelo por negarse a ser exploradas son muchas las mujeres que perecen a causa del cáncer.
Desafortunadamente el género de Marte no es muy distinto al de Venus. Cada vez son más y más los varones que son víctimas del cáncer de próstata. El machismo es la principal causa de muerte en los hombres. Con todo y que la prueba de próstata es completamente diferente a como se hacía en la antigüedad, existe tanto prejuicio en el género masculino que prefieren padecer un dolor cancerígeno a ir a un médico.
La devastación que viene después de recibir la notificación de que en verdad existe un padecimiento contaminándote el cuerpo, ha sido la causa de desmoronamientos emocionales enmuchos y de una intensa lucha en otros.
Un claro ejemplo de lucha contra este mal ha sido la mexicana Daniela Romo, una actriz y cantante que desde los años ochenta su luenga y lisa cabellera, era su carta de presentación. Como a muchas otras, la noticia de que padecía cáncer le cayó de peso y de golpe. Sujetándose a los procedimientos que tal situación exigía se alejó temporalmente de los medios y expresó aquelloque sigue siendo bandera de lucha: “Triunfar contra el cáncer, el mejor papel de mi vida” Tras siete años de una agudadisputa contra el mal volvió con nuevos proyectos e invitando tanto a hombres y a mujeres a realizarse exámenes periódicos contra este mal.
¿Qué es lo que lleva al que padece o padeció este terrible padecimiento a llevar ese mensaje de advertencia a sus semejantes? Escuchar de la propia voz del facultativo decir que has superado el mal es como un baño de dicha que únicamente quien lo escucha puede expresarlo. Saberse libre y con una nueva oportunidad de vida no puede ocasionar ninguna otra cosa que un deseo intenso por compartir la felicidad.
Desafortunadamente existen casos en los que en cáncer retorna. Es como si emprendiese un largo viaje para darle un poco de solaz a quien lo padeció y luego retornar, instalarse y cumplir con su terrible cometido.
Hoy por hoy ya no es sólo una invitación a procurar nuestra salud, es una obligación en virtud de que existen personas a nuestro alrededor que ya no sólo dependen de nosotros, en muchos casos también nos aman. Perder la batalla por apatía, no se vale; lo que sí se vale es abrir los ojos, destapar el corazón y hacerlo que corresponde.
Siempre existirán guerreras pink, pero también guerreros Blue. El cáncer no respeta sexos ni posiciones económicas. Miremos ahora mismo a nuestro alrededor, y sí lo hacemos y nuestros ojos se topan con quienes son nuestro día a día, seguro cambiaremos de opinión. Adieu.
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