CIUDAD DE MÉXICO.- Greenpeace México expresa sus condolencias a las familias de las víctimas de la tragedia registrada ayer en la petroquímica de Coatzacoalcos, Veracruz, y hace un llamado a las autoridades a actuar con transparencia y revelar las causas del accidente así como los potenciales impactos para la salud humana y el ambiente que puedan causar las emisiones de tóxicos liberadas por la explosión.
Tras el siniestro registrado este miércoles en la planta Clorados 3 del Complejo Petroquímico Pajaritos, de Petróleos Mexicanos, es urgente que se determine e informe con claridad qué tipo de compuestos químicos contenía la nube que se produjo ya que al tratarse de una planta que maneja cloruro de vinilo, así como otros químicos utilizados en la producción tales como disolventes clorados, dioxinas y furanos, es probable que partículas de éstas persistan en la atmósfera y en el lecho del río Coatzacoalcos.
El Cloruro de vinilo se encuentra en forma de gas y líquido por lo que al inhalarlo o estar en contacto con la piel puede causar irritación, mareo, dolor de cabeza y sensación de desmayo, pero cuando la exposición es crónica (por más de un año) puede producir graves problemas en la piel, las articulaciones y alteración hepática, incluso puede provocar fibrosis hepática y es capaz de producir mutaciones en el material genético por lo cual afecta la reproducción y es altamente cancerígeno.
Teniendo en cuenta el tipo de producción de estas instalaciones (Cloruro de Vinilo) es necesario conocer donde ha tenido lugar el fuego y qué procesos se llevan a cabo en la planta Clorados 3 de Pemex.
“Ni el gobierno de Veracruz ni Pemex puede darse el lujo de exponer a la población. Desde Greenpeace urgimos a las autoridades a monitorear de manera inmediata la presencia de químicos peligrosos en la zona y darlo a conocer de manera oportuna mientras se toman las medidas precautorias necesarias con la población, Esto será crucial para minimizar los efectos de este terrible accidente para las comunidades locales y el ambiente”, dijo Robin Perkins, líder del programa de Tóxicos de Greenpeace México.
“Este accidente es sólo un ejemplo del pésimo manejo que se le da en nuestro país a las sustancias tóxicas peligrosas: no hay regulación suficiente, en México se permite el uso de miles de químicos prohibidos en otros países, no hay vigilancia suficiente del cumplimiento de los lineamientos de manejo de esas sustancias y eso, con explosiones o sin ellas hace de este tipo de complejos petroquímicos un riesgo en sí para las comunidades donde se encuentran”, abundó Perkins.
El Complejo Petroquímico Pajaritos ha registrado al menos tres accidentes de 1991 a la fecha.
El ritmo de emergencias asociadas con materiales peligrosos es nuestro país es de 600 eventos por año y al menos cada 12 meses ocurre una de importancia.