Goo y gle, EEUU valora dividir la empresa para impedir el monopolio

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ESTADOS UNIDOS.-El Departamento de Justicia de Estados Unidos (EEUU) necesitó cuatro años de minuciosa preparación para ganar su caso antimonopolio de gran alcance contra el dominio de las búsquedas en línea de Google.

Amit Mehta, el juez que calificó a Google de “monopolista” al concluir el juicio en agosto, recibió el martes el “marco de alto nivel” propuesto por el Departamento de Justicia para las soluciones en el caso. El gobierno de EEUU considera buscar la disolución de Google para poner fin a su monopolio en las búsquedas, en lo que sería el esfuerzo más audaz, hasta ahora, para controlar a una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo.

En un documento judicial, los fiscales federales dijeron que estaban “considerando soluciones conductuales y estructurales”, que evitarían que Google use productos como el navegador Chrome, la app Play Store y el sistema operativo Android para darle a su motor de búsqueda una ventaja sobre los competidores o nuevos participantes.

El Departamento de Justicia también podría intentar obligar a Google a compartir los datos de búsqueda de sus usuarios con sus rivales y restringir su capacidad de utilizar los resultados de búsqueda para entrenar nuevos modelos y productos de Inteligencia Artificial generativa.

“Durante más de una década, Google controló los canales de distribución más populares, lo que dejó a sus rivales con poco o ningún incentivo para competir por los usuarios”, afirmó el Departamento de Justicia. “Para remediar por completo estos perjuicios es necesario no solo poner fin al control de la distribución por parte de Google hoy, sino también garantizar que la compañía no pueda controlar la distribución del mañana”.

La presentación de 32 páginas del Departamento de Justicia contiene su propuesta de solución inicial y avanza el juicio a su segunda etapa, en la que Mehta determinará las sanciones que se impondrán a Google.

En agosto, Mehta dictaminó que Google había gastado decenas de miles de millones de dólares en acuerdos exclusivos para mantener un dominio ilegal sobre las búsquedas.

Google respondió a las soluciones propuestas, clasificándolas de “radicales y arrolladoras”, que van más allá del alcance de las cuestiones legales del caso y que representan una amenaza para “los consumidores, las empresas y la competitividad estadunidense”.

Las acciones de Alphabet cayeron 1.8 por ciento poco después del mediodía del miércoles en Nueva York. En lo que va de año han subido más de 15 por ciento, lo que le ha dado al grupo un valor de mercado de 2 billones de dólares, el cuarto más alto del mundo para una empresa que cotiza en bolsa.

La segunda fase

El caso de Google podría ser potencialmente la mayor victoria antimonopolio para el Departamento de Justicia desde que un juez ordenó el desmembramiento de Microsoft hace 24 años por aplastar ilegalmente la competencia.

El imperio en línea.

Sin embargo, ese fallo fue revocado en apelación un año después, lo que convirtió la demanda de Google en una segunda oportunidad para que el Departamento de Justicia desmantele fundamentalmente el dominio de una gran empresa tecnológica en un sector clave.

Como parte de la segunda fase del juicio de Google, el Departamento de Justicia y Google presentarán sus propuestas de sentencias finales y listas de testigos el 20 de noviembre y el 20 de diciembre, respectivamente. Mehta fijó audiencias para las solicitudes de reparación en abril y dijo que intentará dictar sentencia en agosto de 2025.

La segunda fase del juicio será una prueba crítica para Jonathan Kanter , quien heredó el caso e introdujo una política de aplicación más estricta en los últimos tres años como jefe de la unidad antimonopolio del Departamento de Justicia.

Kanter ha demandado a Apple y tiene un segundo caso en curso contra el negocio de tecnología publicitaria de Google. La crítica de las grandes tecnológicas Lina Khan, presidenta de la Comisión Federal de Comercio, desafió a Amazon y Meta en casos separados.

Google prometió apelar la decisión hasta la Corte Suprema de EEUU, lo que podría llevar años más. En su presentación ante el tribunal el martes, el Departamento de Justicia identificó cuatro áreas que su marco de recursos para Google debía abordar: distribución de búsquedas y reparto de ingresos; generación y visualización de resultados de búsqueda; escala y monetización de la publicidad; y recopilación y uso de datos.

Una transformación tecnológica

Las sanciones podrían transformar una empresa que catapultó a Alphabet, la matriz de Google, que encabeza el director general, Sundar Pichai, a las filas de las compañías más valiosas del mundo. Pero también podría resultar ser demasiado poco y demasiado tarde para detener el dominio de Google, cuyo nombre ya se convirtió en nombre clave de las búsquedas en línea.

“Sin duda, es un importante primer paso en la dirección de imponer mayores controles a Google…pero hay muchos, muchos ríos que cruzar”, dijo William Kovacic, expresidente republicano de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés).
La medida más draconiana del Departamento de Justicia sería exigir la división de Google o la separación de su navegador web Chrome o del sistema operativo móvil Android, que están integrados con su motor de búsqueda.

EL DATO…
90 por ciento de las consultas de búsqueda en EEUU pasaron por Google en 2020

Una persona familiarizada con la táctica del Departamento de Justicia dijo: “Si estás tratando crear competencia y la conducta levantó barreras de entrada, entonces el remedio debería reducir esas barreras de entrada”.

Las sanciones más directas incluyen la prohibición o reducción de la capacidad de Google para realizar pagos a los fabricantes de smartphones Apple y Samsung, o al desarrollador de navegadores Mozilla, para consagrarse como la opción de búsqueda predeterminada.

También buscan exigir a Google que comparta sus tesoros de datos de usuarios para ayudar a los rivales a crear y refinar sus propios productos de búsquedas, pero eso podría violar las estrictas reglas de protección de datos en EEUU y Europa.

Probablemente Kanter “buscará algo más que una simple orden judicial” que impida a la compañía volver a incurrir en la conducta infractora, dijo Herbert Hovenkamp, ​​profesor de la facultad de derecho de la Universidad de Pensilvania. “El problema al que se enfrenta Kanter…es que una simple orden judicial posiblemente no sea de gran ayuda”.

“Después de navegar sin sobresaltos durante casi 20 años, hay un aire incómodo de imprevisibilidad en torno a Google”, dijo el analista de Bernstein Mark Shmulik. Hay “cientos de permutaciones de soluciones de búsqueda” y “es muy poco probable que Google salga ileso”.

Alphabet también está envuelta en otra demanda del Departamento de Justicia por conducta anticompetitiva en su negocio de publicidad digital. El juicio terminó la semana pasada y los alegatos finales están programados para la última semana de noviembre.

La vaca lechera

La compañía dijo que están preparados para apelar las decisiones de los jueces hasta la Corte Suprema, si es necesario, lo que significa que cualquier solución podría tardar años en implementarse.

“Google tiene buenos abogados y no se quedarán de brazos cruzados”, dijo Ben Reitzes, analista del sector de tecnología de Melius Research. “Nuestro mensaje a los inversonistas: no saquen conclusiones definitivas todavía; tenemos el presentimiento de que no es tan malo como parece”.

El líder tecnológico.

Según la decisión de Mehta, casi 90 por ciento de las consultas de búsqueda en EEUU pasaron por Google en 2020, y 95 por ciento en el caso de los móviles. No tiene serios competidores: el siguiente más cercano, Bing de Microsoft, representó solo 6 por ciento.

El negocio publicitario que Google desarrolló en torno a su negocio de búsquedas genera enormes ingresos: ciento setenta y cinco mil millones de dólares (mdd) el año pasado, más de la mitad de su total de trescientos siete mil mdd.

La compañía gastó generosamente para proteger su vaca lechera: los pagos totales de Google a empresas, como Apple y Mozilla, para convertirlo en su motor de búsqueda predeterminado alcanzaron más de veintiseis mil mdd tan solo en 2021, dijo Mehta.

La Comisión Europea trata de frenar el poder de mercado de Google desde hace años, pero a pesar de imponer sanciones multimillonarias, el gigante de las búsquedas les ha restado importancia para mantener su dominio en la región.

Luego de la decisión de la Comisión de 2018, de que Google abusó de su posición dominante en los smartphones, los fabricantes de Android deben ofrecer a los usuarios europeos la opción de elegir el motor de búsqueda cuando utilicen por primera vez su dispositivo.

La nueva Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea, cuyas obligaciones para los denominados “guardianes” entraron en vigor en marzo de este año, impuso nuevas “pantallas de opciones” móviles y reglas contra la “autopreferencia” de Google de sus propios servicios en los resultados de búsqueda.

Pero las intervenciones de Bruselas no han hecho mella perceptible en el monopolio de Google. Según el rastreador de actividad en línea Statcounter, Google todavía representaba más de 90 por ciento del tráfico de búsquedas en Europa en julio.

“No muchas personas dejarían de usar Google Search si tuvieran la opción”, dijo Hovenkamp.
“Está claro que tanto Europa como EEUU comparten la preocupación por el abuso de posición dominante de Google”, dijo Bill Baer, ​​quien dirigió la división antimonopolio del Departamento de Justicia durante la administración de Barack Obama.

“Pero lo que la Ley de Mercados Digitales (de la Unión Europea) muestra hasta ahora es que es realmente difícil volver a introducir la competencia una vez que se ha cerrado… Estados Unidos, trabajando con el tribunal de distrito, estará ahora en posición de intentar encontrar algunas soluciones creativas que rompan el dominio ilegal de Google”, dice Baer.

EL DATO…
Ciento setenta y cinco mil mdd generó el negocio publicitario que Google desarrolló en torno a su negocio de búsquedas

Una persona familiarizada con la forma de pensar de Google dijo que la razón por la que sigue pagando por los acuerdos de búsqueda predeterminados –a pesar de que la mayoría de los usuarios eligen a Google en lugar de a sus rivales cuando se les da la opción en Europa– se debe a cómo los fabricantes de smartphones y navegadores deciden manejar sus plataformas.

“Apple y Mozilla diseñan el producto y deciden cómo (Google) puja y compite”, dijo la persona. “Google está jugando su juego para competir por su espacio en las estanterías”.

Una competencia incipiente

Las agencias federales de EEUU tardaron en actuar mientras Google construía su imperio. La FTC pasó dos años investigando a la empresa por supuestamente dar prioridad a su propio contenido en su página de resultados de búsquedas, pero abandonó el caso en 2013 por falta de pruebas.

Desde entonces, la participación de Google en las consultas de búsquedas en EEUU lo único que ha hecho es crecer, lo que ofrece escasas perspectivas para las grandes compañías de tecnología y las startups competidoras que podrían invertir en productos rivales.

Para cuando se establezcan las soluciones y se agote el proceso de apelación, el “argumento central del caso tal vez no sea pragmáticamente relevante, como con Microsoft hace dos décadas”, dijo un exgerente de Google que ahora trabaja para una empresa de búsquedas rival. “El verdadero impacto en Google es frenar a los ejecutivos en este momento al tener que manejar estos problemas, lo que crea oportunidades materiales para otras startups”.

Sin embargo, un abogado antimonopolio familiarizado con el asunto no estuvo de acuerdo y argumenta que Mehta podía establecer “medidas provisionales mientras las apelaciones están pendientes” y que tiene “discreción sobre qué camino tomar”.

El abogado añadió que el fallo de Microsoft seguía siendo relevante. “En realidad, tuvo un impacto porque cambió” las prácticas de la compañía, dijeron. Los argumentos presentados en ese caso también respaldaron la demanda contra Google. El Departamento de Justicia comparó los acuerdos exclusivos de Google con los contratos que Microsoft firmó con los fabricantes de computadoras personales para promover su navegador Internet Explorer y aplastar a su rival Netscape.

Otros señalan que el caso de Google es retrospectivo, considerando la amenaza que la aparición de la Inteligencia Artificial (IA) generativa y los chatbots podría representar para los motores de búsqueda tradicionales.

OpenAI está desarrollando un prototipo de herramienta de búsqueda llamada SearchGPT para competir con Google, financiada por una asociación de trece mil mdd con Microsoft y miles de millones más en efectivo de capital de riesgo. La startup también llegó a un acuerdo con Apple para integrar ChatGPT en su asistente Siri para responder preguntas, un desarrollo que podría afectar las búsquedas escritas en el navegador Safari impulsado por Google. Otras startups de búsqueda de IA de rápido crecimiento son Perplexity y You.com, aunque su amenaza para Google sigue siendo incipiente.

La cartera llena.

 

“El resultado de SearchGPT tendrá un impacto sustancial en la resolución final de este caso (y) en cómo la industria maneje el posible surgimiento de una nueva oferta disruptiva”, añadió el exdirectivo de Google. “Se puede argumentar que nada ha sido realmente disruptivo para Google en los últimos 20 años”.

Un trasfondo político

Independientemente de cuál sea la solución elegida, las conclusiones de Mehta subrayan cómo el trasfondo político bipartidista de la aplicación de las leyes antimonopolio en EEUU ha actuado en contra de las grandes compañías de tecnología. Durante años, la política antimonopolio estadunidense toleró el crecimiento corporativo siempre que los consumidores no se vieran perjudicados por los precios más altos.

Sin embargo, Donald Trump se opuso a la estrategia antimonopolio más pasiva de sus predecesores republicanos. La investigación del negocio de búsquedas de Google comenzó durante su presidencia antes de pasar a manos de la administración Biden, que incorporó a un par de agentes antimonopolio progresistas: Kanter y la presidenta de la FTC, Lina Khan.

Kanter tiene otra investigación en marcha contra Apple. La FTC busca casos en contra de Meta y Amazon. La decisión de Mehta es una “inyección de energía” para estos esfuerzos “porque demuestra que el gobierno puede prevalecer”, dijo Kovacic.

No hay garantía de que una segunda administración Trump, en caso de ganar en noviembre, vea con mejores ojos a las grandes compañías de tecnología, y hacer frente al poder de estas empresas ha demostrado ser una posición popular para ambos partidos. Su candidato a vicepresidente, JD Vance, recientemente dijo al Financial Times que Google es “demasiado grande, demasiado poderoso” y “debería ser dividido”.

Eso dejó a las compañías de tecnología luchando por defenderse de casos que amenazan sus imperios. Una persona familiarizada con la forma de pensar de Google describió el planteamiento actual de EEUU sobre las leyes antimonopolio como “Calvinball”, una referencia a la tira cómica de Calvin y Hobbes en la que las reglas las inventa un niño de seis años mientras se juega el juego, cambiando constantemente.

En el frenesí actual de la IA, las grandes compañías de tecnología también están reescribiendo el manual de negociación. Google, Microsoft y Amazon recientemente realizaron las llamadas “acquihires” (contratación por adquisición) de personal de prometedoras startups de IA, que según los críticos están estructuradas para eludir las normas antimonopolio.

Según Baer, ​​el fallo de Mehta “refuerza el principio antimonopolio de EEUU de que, si bien se puede ser grande porque se te ocurrió una mejor idea, fuiste el primero en actuar… no puedes tomar medidas que impidan que alguien más pueda competir contigo y tener éxito en ese mercado”.

“Lo que hizo el juez Mehta fue decir: ‘Aquí están los límites y, vaya, los superaste por mucho’”, dijo.

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