CIUDAD DE MÉXICO.- La cebolla y las calabacitas tiernas hicieron llorar a los consumidores en pleno verano.
Además, estos productos de la canasta básica también pondrán en aprietos a los miembros de la junta de gobierno del Banco de México (Banxico), que tiene como misión mantener el poder adquisitivo de la moneda; dos de ellos son mujeres: las subgobernadoras Irene Espinosa y Galia Borja.
A partir del comportamiento de los precios al consumidor, Banxico tendrá que decidir si sigue apretando la política monetaria, encareciendo el costo del dinero por medio de la tasa de referencia que actualmente se encuentra en 4.25%.
Durante la primera quincena de julio, la cebolla y la calabacita fueron los productos que más subieron y contribuyeron a que la inflación llegara a una tasa anual de 5.7%.
La cebolla que tuvo un peso de 0.020 puntos en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) durante los primeros quince días de julio, presentó un aumento de 12.25% en su venta a marchantes.
En tanto la calabacita, que reportó una incidencia de 0.012 puntos en el INPC, que mide la inflación, su precio al público subió 15.94% en los mercados.
Es decir, que estos dos productos aumentaron más que la inflación general anual que fue de 5.7%.
Incluso subieron más que el gas LP y las tortillas, que encarecieron su costo 4.01% y 1.54% más en la primera quincena para los consumidores.
Con ello, la inflación en productos agropecuarios fue de 0.33% en la quincena y de 7.31% a tasa anual.
Dentro de estos, la inflación de frutas y verduras se incrementó 0.30% en la primera quincena de julio del 2021 y de 4.42% anual.
La cebolla se utiliza para hacer sopas y guisados, así como aderezos como el pico de gallo.
Un kilo de cebolla cuesta entre 14 y 20 pesos en los mercados, pero hace un año estaba en nueve pesos, dice uno de los comerciantes.
En tanto que la calabacita para guisados tradicionales, como tortitas capeadas, calabazas con crema y para el caldo de pollo, cuesta entre 25 y 30 pesos el kilo.
Las más afectadas han sido las amas de casa que han tenido que ver la forma de estirar el gasto.
También los trabajadores que están realizando actividades presenciales, al salir a comer a fondas y cocinas económicas se han encontrado que el costo de la comida corrida ya subió.
Las loncherías, fondas, torterías y taquerías presentaron un aumento en precios de 0.48%, mientras que los restaurantes han ajustado el costo de sus menús y servicio en 0.52%.
Una vendedora de verduras comenta que una caja de cebolla al mayoreo está entre 400 y 500 pesos, pero hay más barata dependiendo de la calidad.
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