Alemania y Francia reviven su vieja rivalidad este jueves, en el Velodrome de Marsella, con la final de la Eurocopa en juego y un pronóstico incierto.
Alemania, campeón del mundo debería ser favorito, pero las numerosas bajas con las que cuenta Joachim Löw y el duelo ante Italia dejaron duda.
Löw no contará con el central Mats Hümmels por sanción, y por lesión no podrá utilizar a Sami Khedira, y a Mario Gómez, la solución ofensiva en los últimos partidos.
Con la buena noticia de la recuperación de Bastian Schweinsteiger, confirmado hoy por el técnico en el once titular, en el que sustituirá a Khedira en el centro del campo, y pendiente de la sobrecarga muscular del central Benedikt Höwedes, Löw tiene que recomponer un rompecabezas confiando más en la calidad de su plantilla que en un funcionamiento armónico.
Francia llega eufórica luego del juego ante Islandia donde goleó 5-2, desaparecieron todos sus complejos.
Pese a que Francia ha ganado más partidos (12-6-9), no han podido derrotar a Alemania en un partido oficial desde hace 58 años, cuando se impusieron por 6-3 en el partido por el tercer puesto del Mundial de Suecia, con cuatro goles de Just Fontaine.
Didier Deschamps recuperó para este partido al defensa Adil Rami y al centrocampista del Leicester N’Golo Kanté, pero podría mantener a Samuel Umtiti, el fichaje sorpresa del Barcelona, y Moussa Sissoko, que jugaron ante Islandia.