MIAMI.- Con vientos de 145 km/h, Florence dañó edificios, dejó a cientos de personas atrapadas e inundó comunidades enteras a lo largo de la costa de Carolina, en lo que podría ser sólo el comienzo de un desastre en cámara lenta.
El fenómeno, degradado a tormenta tropical, ayer tocó tierra y dejó, hasta la tarde, al menos cinco personas muertas y decenas más atrapadas en viviendas de Carolina del Norte, tras el desbordamiento de varios ríos.
Los meteorólogos advirtieron que las lluvias torrenciales, de entre 30 y 100 centímetros, provocadas por la tormenta, mientras cruza Carolina del Norte y Carolina del Sur, podrían ocasionar fuertes inundaciones tierra adentro en los próximos días.
Las primeras víctimas confirmadas fueron una mujer y su bebé, quienes murieron cuando cayó un árbol sobre su casa de Wilmington, cerca de donde Florence tocó tierra.
El padre del bebé también recibió el impacto del árbol, pero sobrevivió y fue trasladado a un centro médico.
Quien no llegó al hospital fue una mujer de Hampstead, pues la ambulancia que fue a atenderla de un ataque al corazón no llegó a tiempo por los árboles derribados.
La oficina del gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, informó que un hombre de 78 años murió al conectar un cable de corriente a un generador eléctrico en el condado de Leonoir, la misma región en la que, según medios locales, otro anciano de 77 años apareció muerto.
Según el canal CBS 17, la policía cree que esta última muerte fue por una caída provocada por el viento cuando el hombre salió de casa.
Florence llegó a la costa sureste de EU a primera hora del día como huracán categoría 1 y dejó sin electricidad a más de medio millón de personas.
La mayor preocupación de las autoridades no radicaba en las fuertes ráfagas, pues, aunque el ciclón perdió buena parte del furor de sus vientos desde que alcanzaba el nivel 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5, mantiene el agua que arrastra, tanto en lluvias, como en la intensidad de la marejada ciclónica.
En Carolina del Norte, ríos como el Neuse y Pungo se desbordaron e inundaron las ciudades de New Bern y Belhaven, además, dejaron atrapadas a decenas de personas que se vieron obligadas a subir a los techos de sus casas a la espera de socorro.
Las autoridades pidieron a unos 150 de los afectados que aguantaran, pues las condiciones impedían su rescate.
Florence embistió la costa sureste a las 7:15 hora local, en Wrightsville Beach, Carolina del Norte, informaron las autoridades.
La tarde de ayer, los meteorólogos indicaron que lo peor de las lluvias, que acumulaban cerca de 38 centímetros en algunos lugares, estaba por llegar.
El presidente Donald Trump tiene previsto visitar la zona afectada la próxima semana.
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