Estados Unidos.- Luego de formar parte de los Testigos de Jehová durante 11 años, un hombre decidió escapar y emprender un viaje de cinco años a través de toda Rusia.
Iván Shiriáyev, originario de la ciudad de Kamyshin, optó por dejar la religión y a su esposa, devota a dichas creencias, tras pensarlo durante más de un año.
“Siempre dudaba de si estaba siguiendo el camino correcto”,reveló Shiriáyev. No obstante, su salida empezó a planearse con el libro ‘Crisis de conciencia’ del exmiembro del cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, Raymond Franz.
Las obras de Franz, “probablemente la persona más temible en el universo después de satán (para los testigos de Jehová)”, le ayudaron a comprender dicha religión.
Según el varón, “entre los testigos siempre te sientes culpable, por eso muchos padecen depresión”. Por ello, cada mes presentan un informe donde indican cuántas horas han servido y cuántos materiales religiosos han difundido.
“Existen miembros experimentados que, por ejemplo, predican no menos de 70 horas al mes”, comenta Shiriáyev, quien ejerció a lo largo de ocho años.
En cuanto al perfil de los miembros, indica que la mayoría son personas sin estudios superiores, pues la universidad no es bienvenida en la organización. En las reuniones solo el 20 por ciento son hombres.
Sabiendo todo esto, Iván simuló su muerte y dejó una nota de despedida señalando que había seguido el camino de su padre (que se suicidó tres años atrás).
De esta forma, se dirigió a su casa de campo con un magnetófono, una manta y una lancha neumática durante nueve meses hasta que su familia lo encontró por casualidad en un puesto de control en la región de Amur.
Posteriormente, Shiriáyev constató de manera escrita que ya no quería seguir siendo testigo de Jehová y se presentó a la reunión de la secta donde la noticia fue anunciada oficialmente con un traje de boda para celebrarlo, mientras su matrimonio fracasaba.
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