Fernanda Familiar: su lucha para no ser una madre ausente: “eso no pasó en mi casa”

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CD. DE MÉXICO.- Quien diga que la maternidad es sencilla, sólo tienen que preguntarle a Fernanda Familiar lo que ha hecho para ser una periodista y conductora reconocida, sin descuidar la etapa más importante de su vida, la maternidad.

“Me puse como meta no dormir fuera de casa, o me iba muy temprano al viaje y cenaba con mis hijos, o me iba en la tarde y los veía amaneciendo, es decir, dormir en mi casa era una ancla muy importante para que ellos pudieran tener una estabilidad, una presencia importante. No me perdí ningún festival, ningún diente caído, no me perdí ninguna junta en la escuela… eran unas ‘madrizas’ monumentales, pero estuve con ellos, me tiene presente en su crecimiento. Yo atendí las calenturas de mis hijos, y me iba en vivo a mi programa de radio sin dormir nada, pero lo hacía por ellos, a mí no me pueden decir ‘tú no estuviste’, eso no pasó en mi casa”.

Cuando en 2001 llegó su primogénito, Santiago, ella tenía 32 años de edad y su carrera como periodista estaba pasando por un gran momento, y según comenta Fernanda, la maternidad sólo vino a inyectar nueva energía no sólo a su vida personal, también en lo profesional.

“Santiago ha sido la mejor decisión de mi vida y fue un embarazo precioso, yo me veía espectacularmente bonita, brillaba, todo mundo me sobaba la panza, mi hijo me regaló trascender a través de él. Dos años después llega Natalia y conformé con ellos una familia preciosa. Yo seré recordada por el público por mis logros, pero dejar un legado de vida, dejar una herencia, dejar mi apellido, dejar quien soy, es solamente a través de ellos”.

Pero siendo ella una figura pública y sabiendo todo lo que esto implica, Fernanda tuvo el cuidado de proteger la intimidad de sus hijos Santiago y Natalia, hasta que fueron mayores de edad y por decisión propia comenzaron a aparecer al lado de su mamá.

“Mi vida profesional no tiene que ver con mis hijos, ellos no tienen que resultar ser hijos de, ellos tienen su propia identidad y forma de ser, no son personas que estén tan pegados a mí que no tengan su propio nombre, su propia identidad, en la escuela yo no firmaba como Fernanda Familiar, sino como la mamá de Santiago y de Natalia. En la trinchera de mamá he sido mamá y en la trinchera del periodismo he sido periodista, eso es importante y a ellos no les ha pesado mi nombre”.

Una de las cosas que le enorgullece de la crianza que le ha dado a Natalia y Santiago, es que creó un lazo afectivo muy fuerte entre ellos, y además les dio herramientas para enfrentar la vida.

“Siempre les he dicho, ‘Santiago cuida a Natalia, Natalia cuida a Santiago’, no los crecí con una distancia entre ellos, de que tú eres hombre y tú mujer, sino siempre en una equidad de género bien bonita. Los dos saben cocinar, los dos saben hacer deporte, no hubo separación de rosa y azul, siempre fue ‘tú puedes hacer lo que hace tu hermano’ y viceversa, ellos tienen una relación preciosa, ahí sí me di a la tarea de construir una buena relación entre ellos, recordándoles que yo podría no existir, su papá podría no estar, pero ellos se tenían siempre como hermanos”.

Ahora que ellos están pasando por sus veintes y han dejado atrás la difícil etapa de la adolescencia, la periodista asegura que está entrando a una de las mejores etapas de su vida como mamá, porque hay un entendimiento increíble entre ellos, la comunicación se está fortaleciendo y viviendo momentos muy bellos con ambos; como que Santiago se haya convertido en colaborador de su programa de radio “¡Qué tal Fernanda!”

“No saben cómo lo disfruto, lo veo y me entran ataques de risa con él, porque no decimos que somos mamá e hijo, entonces nos aventamos una carrilla muy divertida, porque él es muy chistoso. Ha sido difícil también trabajar esta parte profesional juntos y ser mamá, entonces yo a veces me confundía con el tema de ser mamá y de ser jefa, pero ahora lo estamos gozando mucho más”.

Pero el hecho de que sea madre de Santiago no le quita objetividad, y aclara que si no hubiera visto cualidad en él para ser comunicador, se lo habría dicho de inmediato. Por su parte Natalia la tiene muy orgullosa, ya que su camino se está dirigiendo para ser empresaria y organizar eventos de alto perfil, como el hecho de que ella quiere traer a México la Met Gala.

“No necesitan vejigas para nadar, no necesitan a la mamá que les esté diciendo izquierda o derecha, tienen claridad y eso me da mucho gusto. A mí me decían ¿porqué trabaja tu hijo contigo? pues porque yo he sacado a 20 becarios a través de ¡Qué tal Fernanda! jóvenes a quienes les he dado la oportunidad por qué no se la voy a dar a mi hijo”.

Como mujer del siglo XXI, en el cual la sociedad presiona para que sea buena madre, buena profesionista, buena ama de casa, etcétera, si no se quiere ser duramente juzgada si no se cumple con estas expectativas, Fernanda asegura que no ha sido nada sencillo para ella, sobre todo porque tiene que estar constantemente viajando y cumpliendo compromisos lejos de su hogar.

“Soy una mamá muy presente y que considero que es una prioridad serlo, me siento satisfecha porque no me he perdido ninguna de las etapas de mis hijos y eso es muy importante para una mamá trabajadora, el poder organizarte, el tener grandes equipos de trabajo para que tú puedas disfrutar tu maternidad, la he disfrutado muchísimo”.

Santiago tiene 23 años y Natalia 21, están a punto de abandonar el nido y volar solos, y Fernanda asegura que está lista para dejarlos ir.

“Considero que las mamás hemos intentado dar lo mejor de nosotros y lo más bello que nos puede pasar es que vuelen. Cuando Santiago me dice que está cerca de irse a vivir solo, que lo logre para mí es una bendición de Dios, quiere decir que algo hemos hecho bien”.

Pero esto implica que ella está a punto de retomar su vida en solitario, y eso se lo han hecho ver Natalia y Santiago.

“Me dijeron, ‘má ya te diste cuenta que nos vemos menos, empieza a retomar tu vida, tus viajes, tus salidas, quien quita y hasta encuentres una pareja, pero empiezale’, y sí, ya me doy cuenta que un viernes, sábado y domingo estoy sola, así que sí estoy lista. Sólo pido que la muerte respete generaciones, es decir, que parta primero mi mamá, luego yo y después los hijos de ellos.

“Yo creo en general que he sido muy buena mamá, pero de que la he regado, la he regado, y de que hay momentos en que quisiera regresarme y que ese momento no ha haya sucedido, por supuesto que sí”.

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