CDMX.- Hace unos meses, cuando preparaba las obras para la nueva exposición que este sábado abre al público, el escultor y pintor Manuel Felguérez (Valparaíso, Zacatecas, 1928) decía que estaba haciendo “cuadros y esculturas, lo mismo, pero siempre diferente. Lo que yo hacía hace dos o tres años, es diferente de lo que hago ahora. Una diferencia muy sutil, pero cambia el color, la proporción, sin cambiar el estilo característico”.

La exposición “Metálica” abrió el sábado en la Galería López Quiroga, y está compuesta por 15 cuadros y nueve esculturas, realizados por Felguérez en los últimos años. Las obras no sólo se distinguen por ser recientes sino porque en ellas hay una gran libertad y experimentación, incorporación de colores y diversos materiales.

El galerista Ramón López Quiroga recuerda que hace más o menos cinco años no se presentaba una muestra con las obras recientes del artista. Los 15 óleos sobre tela de mediano y gran formato fueron realizados entre 2014 y 2016, y las nueve esculturas pequeñas (de 50 por 40 centímetros) y dos un poco más grandes (la mayor llega a ser de 1.15 metros por 85 centímetros, fueron hechas en madera piedra y metal, entre otros materiales, y creadas entre 2015 y 2016.

Para López Quiroga es sorprendente la forma de trabajar y la actitud de Manuel Felguérez: “Mantiene su ritmo de trabajo. En estos cuadros hay gran libertad; se requiere un gran trabajo físico para hacer estos cuadros. Como artista vive un momento de solidez, de aprovechamiento de la experiencia y de madurez lo que le permite hacer cosas tan experimentales”.

Mientras las esculturas incluyen elementos geométricos incorporados con mucha libertad, los cuadros son más abstractos y son piezas en las que el artista se ha permitido incluir con énfasis los óleos plateado y dorado, algo que antes había usado “pero con más recato”. También destacan el azul y verde, colores que eran poco comunes en su pintura.

La exposición se presenta con un ensayo de Alberto Dallal quien describe a Felguérez como “un personaje erudito en torno a la historia del arte en México”, y “una especie de líder desinteresado (y por tanto noble) del arte en el mundo”.

Para Dallal, toda la obra de Felguérez “es una muestra irreemplazable de la incesante multiplicación de las imágenes que corresponden a su albedrío y su libertad”.

El texto trata sobre la relación y cualidades de las obras: “Siempre he pensado que la pintura es para Felguérez un conducto para seguir pensando (y viviendo); sus esculturas: un enjambre de paisajes penetrados por su pasión por el orden constructivo que le imponen sus materiales. Hay zonas en sus cuadros que pueden contemplarse o estudiarse como alargamientos de una estructura que existe y vuela en la atmósfera; sus indagaciones en la tela se convierten regularmente en penetraciones del tiempo (hacia atrás y hacia delante) y en cuerdas del espacio, sistemáticos diapasones del ritmo que Felguérez le había asignado ya, desde el principio, a ciertas secciones de la tela”.

La galería López Quiroga se encuentra en Horacio 714, Polanco.