CDMX.- El lanzamiento de la novela póstuma de Carlos Fuentes, “Aquiles o El guerrillero y el asesino” es, dijo el director del Fondo de Cultura Económica (FCE), José Carreño, un acontecimiento editorial, porque es la primera vez que el Grupo FCE, la editorial del estado mexicano, lanza una novedad, una primera edición de una obra, en alianza —o en coedición— con uno de los grupos editoriales privados más grandes del mundo: Alfaguara.
Durante la presentación de la novela, que se llevó a cabo la tarde de este sábado en la Librería “Rosario Castellanos”, Carreño anunció que durante el verano, con introducción de Julio Ortega y un estudio de la especialista en la obra de Fuentes de las universidades de Lovaina y Leiden, Luz Rodríguez Carranza, lanzará el Fondo el Volumen VI de las Obras reunidas de Carlos Fuentes, que incluirá Terra Nostra, considerada como obra magna de Fuentes.
El director editorial de Penguin Random House para México, Estados Unidos, Centroamérica y Cuba, Ricardo Cayuela, coincidió con el director del FCE y aprovechó el lanzamiento de la novela para anunciar que Julio Truijillo es el nuevo director literario de Alfaguara México.
“Fue una alianza muy importante, tiene cuidado el hecho de que no sea una caja ni del Fondo ni de Alfaguara para que no se pueda reconocer como un libro de una casa o de otra, y al mismo tiempo es un libro de ambos, logramos el híbrido perfecto. Esto parece un detalle menor pero nos tomó mucho tiempo porque cuidamos que todas las partes se sintieran cómodos”.
Por su parte, Silvia Lemus, viuda del autor, aseguró que Fuentes nació para ser escritor. “Lo fue toda su vida y ahora, después de la muerte, sigue con nosotros. Se decía que era un amante de la literatura, pero también fue un amante de la América Latina; la novela está enfocado a Colombia pero es también un libro de ideas sobre América Latina y su violencia, violencia que tenemos muy palpable en nuestro país”, dijo.
Lemus añadió que Fuentes escribió esta novela con un gran cariño, una entrega total. “Es una novela póstuma, pero llevó muchos años construirse, trabajó en ella durante los últimos 20 años de su vida. Se documentó exhaustivamente, escribió distintas versiones, reorganizó materiales, corrió y reescribió partes completas de la obra y seguía haciéndolo cuando le llegó la muerte”, añadió la viuda del autor.
Recordó que no quiso entregar el manuscrito a sus editores mientras el conflicto armado más antiguo de América Latina no llegara a su fin. “La publicación de “Aquiles” coincide ahora con la que parece ser la última negociación entre la guerrilla y el gobierno colombiano: la hora de la verdad, el fin de las cuentas pendientes, el comienzo de la paz. Este es el mejor momento para leer la novela póstuma de Carlos Fuentes”, indicó Lemus.
Carreño también indicó que a cuatro años de la partida de Carlos Fuentes, existe un “fervor renovado” frente al lanzamiento de su novela póstuma. “Aquiles o El guerrillero y el asesino, reafirma, a juzgar por este tiempo transcurrido, una presencia ya duradera en la escena de las letras mexicanas e hispanas de este escritor extraordinario”, dijo.
Y añadió: “En este libro está la agudeza del analista, del pensador, del observador atento, en esta reconstrucción que hace el novelista de la vida y la muerte de Carlos Pizarro: este personaje de la realidad colombiana, del que en estos días se ha dicho casi todo, con énfasis en un punto central, que Pizarro pudo sobrevivir por décadas en la guerrilla, tras abrazar la vía violenta, pero no logró vivir más allá de unas semanas tras abrazar la vía pacífica”.
Carreño destacó el prólogo de Julio Ortega, quien comparte el archivo de Fuentes, que a su vez le compartió Silvia Lemus, y “nos coloca allí ante el taller donde se está confeccionando y ensamblando, frente al lector, cada pieza de la obra, sin que al final se noten las soldaduras, o las costuras, como le gustaba decir a García Márquez”.
Julio Ortega indicó que la novela es trágica porque el héroe obtiene su identidad desde la muerte: “Esta radical versión de su vida lo define trágicamente, por eso esta novela fue para su autor tan compleja, laboriosa y fragmentaria, como quizá no podía ser de otro modo, siendo una metáfora poética del desmembramiento político. Fuentes, sin embargo, no se detiene en la victimización y tampoco se propone descubrir a los criminales, más bien se propone el patetismo de la tragedia, nos hace testigos de la misma para convocar nuestra piedad”.
Al término de la presentación el actor Héctor Bonilla leyó fragmentos de la obra.