CD. DE MÉXICO.- Juntos suman cerca de un siglo de enseñanza. Adriana Barraza, Patricia Reyes Spíndola y Luis Felipe Tovar han alternado desde hace casi tres décadas su trabajo actoral en set con el de profesor de actuación. Y no sólo dan a los alumnos la preparación para ponerse frente a una cámara, sino que los incentivan a hacer cortometrajes para que entren al mundo real de la producción. Los tres han dicho que lo mejor de tener alumnos es ver la pasión con el que llegan y el talento que siempre existe.
Desde antes de su despegue internacional con “Amores perros” (2000) esta actriz toluqueña ya daba clases y hacía de coach actoral en algunas producciones. Hacer películas, dice, es algo que llegó de pronto y ahí se ha quedado, siendo una de las más recientes “El último vagón” donde interpreta a una maestra rural. “Soy maestra desde hace 50 años y siempre he creído que el alumno, aunque esté en un grupo, tiene necesidades especiales, así que este que les habla así, de verdad es de corazón”, ha dicho a EL UNIVERSAL. Desde 2011 basó su escuela en Miami donde también escribe y dirige los guiones que sus alumnos dirigen. Siempre ha dicho que aprendió del también actor Sergio Jiménez (“Los caifanes”). Y aunque le encanta el magisterio y el aula le saca la energía que pierde durante el día, habla de la profesión en general. “Los maestros son seres humanos que merecen muchos homenajes, muchos, porque el maestro de corazón, que la mayoría lo son, puede sacrificar cualquier cosa con tal de ver a sus alumnos de la mejor manera”, comenta.
En 1991 la actriz de “Héroes del Norte” y “La perdición de los hombres” fundó M&M Studio en la colonia Juárez, de la Ciudad de México, con el objetivo de formar nuevos talentos y la premisa de que dichos estudios no interfirieran con otras escuelas o trabajos.
Patricia fue alguien que en sus inicios justo tuvo que luchar por sostener en la industria, ya que debía alternar trabajo y estudios, por lo que encontró en talleres la mejor opción.
“Yo así me formé (talleres), tuve una buena formación porque tuve a los mejores maestros especialistas en su disciplina y eso me formó como actriz completa”, ha dicho.
“”Quiero despertarles el interés de hacer todo, pero no todos quieren todo, hay qente que quiere hacer cine, teatro o televisión. Hay libertad para elegir como te tienes que formar”, ha indicado.
Su escuela tiene una fórmula en la que los alumnos no sólo ver la interpretación y construcción de personajes, sino con el que entiendan lo que hace una cámara, el efecto de la luz en ellos y lo que es una producción en si.
El Set, como se llama la escuela del actor de “El callejón de los milagros” y “Bienvenido Welcome”, llegó a tener oficinas casi enfrente de la Country Club, siendo en algún momento locación de películas como las escenas de cocina en “Como agua para chocolate”
La escuela era algo que había estado maquinando desde que un día su amiga Patricia Reyes Spíndola lo había invitado a dar un taller en su escuela.
A eso se agregó su divorcio y el rodaje de “Vivir mata”, que la sufrió porque no quería decirle nada a nadie. Fue cuando un amigo le invitó a abrir un kínder, pero Tovar reviró diciendo que lo mejor sería una escuela de actuación integral.
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