EL CAIRO.- Para Nancy Farías, residente de Ensenada, Baja California, y su familia, la idea de conocer Irán era un anhelo, un viaje meticulosamente planeado.
Antes de partir, consultaron con la embajada mexicana, recibiendo garantías de que el destino era seguro.
“Al momento que decidimos llegar a ese destino nos contactamos, antes que nada, con la embajada para preguntarles si era conveniente viajar… a lo cual nos dijeron que todo era excelente, que todo funcionaba con normalidad, que no teníamos que tener nada de miedo, que el turismo estaba fluyendo. Pues dijimos: ‘bueno, por qué no’ y emprendimos el viaje”, destaca Nancy.
Un viaje a Irán que se volvió una pesadilla
Los primeros días en Jerusalén transcurrieron en aparente calma. Pero al cuarto día, la paz se quebró drásticamente.
“Estuvimos unos dos, tres días bien, disfrutando de la ciudad, de la cultura. Pero ya, como el cuarto día, comenzaron los bombardeos, comenzaron los ataques, los misiles. ¡Córrele al búnker! Nos pusimos en contacto inmediatamente con la embajada y la respuesta de la embajada simplemente fue: ‘resguárdense y manden ubicación, y aquí los tenemos registrados’”, abunda la ciudadana mexicana.
Con el aeropuerto cerrado y sin apoyo gubernamental para salir del país, la familia Farías se encontró ante un dilema insuperable.
Las aerolíneas no ofrecían soluciones.
“Cuando nosotros nos dimos cuenta de que el aeropuerto lo habían cerrado, nos dijeron que no podían absolutamente hacer nada, que teníamos que solucionarlo con nuestras propias cuentas, por nuestra propia economía y con nuestro propio esfuerzo”, cuenta Nancy.
Ante la imposibilidad de volar, exploraron la salida por tierra hacia Jordania y Egipto. Sin embargo, la respuesta de las representaciones diplomáticas mexicanas en ambos países fue categórica: no había fondos para ayudarlos.
“Lo único que nosotros sí podemos hacer es… ya están ustedes aquí, tal vez les podemos ayudar para que contacten familiares. Yo aquí tengo ahorita en la embajada 15 personas, entonces, desafortunadamente, estas cosas no se pueden medir”, informó una representante de la embajada de México en Jordania.
“Hablamos con la embajada de Egipto y la misma respuesta, no podemos ayudarlos, México no tiene fondos suficientes para poder ayudar a los extranjeros en este país, pues van a tener que moverse por su propia cuenta”, contó Nancy.
La desesperación los llevó a buscar ayuda con desconocidos.
Turistas argentinos les proporcionaron un contacto para salir de Jordania y lograron llegar a El Cairo, no sin antes ser estafados.
Nancy Farías y su familia están varados en El Cairo. Endeudados y exhaustos, esperando una solución que les permita, finalmente, regresar a su hogar en Ensenada, Baja California.
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