HOUSTON.- Una niña de 10 años, ciudadana estadunidense, quedó sin acceso a su tratamiento para cáncer cerebral luego de que su familia fuera detenida y deportada a México mientras viajaban a Houston en busca de atención médica. Sus padres y cuatro hermanos también fueron expulsados, dejando a la menor sin cuidados esenciales.
El pasado 4 de febrero, la niña, que aún lucha contra los efectos de una cirugía para extirpar un tumor, fue detenida junto a su familia en un puesto de control migratorio.
El abogado Danny Woodward, del Texas Civil Rights Project, explicó que la familia había realizado este viaje en al menos cinco ocasiones previas, presentando cartas de médicos y abogados. Sin embargo, en esta ocasión, las autoridades consideraron insuficiente la documentación y procedieron a su deportación.
“La policía no estaba interesada en escuchar la situación de mi hija”, relató la madre.
Separación familiar y condiciones precarias
Los padres, quienes llegaron a Estados Unidos en 2013 en busca de una mejor vida, fueron separados tras su detención. La madre fue apartada de sus hijos varones, mientras que la niña enferma y sus hermanas permanecieron en condiciones precarias dentro del centro de detención.
“No pude hacer nada, es estar entre la espada y la pared”, dijo la madre.
Antes de la detención, la niña tomaba medicación para prevenir convulsiones, necesarias tras su cirugía. Ahora, en México, ha quedado sin atención médica adecuada.
Riesgo y peligro en la frontera
Horas después de la detención, la familia fue trasladada a un puente fronterizo en Texas y dejada en México, donde buscaron refugio en un albergue. Posteriormente, se mudaron a una vivienda, pero la inseguridad en la zona les impide dormir tranquilos.
La región donde viven es conocida por secuestros de ciudadanos estadunidenses, por lo que la familia oculta su identidad.
Otro de los hijos, de 15 años y con síndrome Long QT, una afección cardíaca grave, tampoco ha recibido tratamiento médico.
Además de la falta de acceso a la salud, la madre explicó que sus hijos no han podido asistir a la escuela desde su llegada a México.
El hijo mayor, de 17 años, permanece solo en Texas tras la deportación de sus padres y hermanos.
Las autoridades tienen las vidas de mis hijos en sus manos”, expresó la madre.
Casos similares y reacciones
Rochelle Garza, presidenta de Texas Civil Rights Project, calificó la situación como una “tragedia absoluta” y advirtió que este no es un caso aislado.
“Lo que está pasando a esta familia es parte de un patrón que hemos visto desde la administración de Trump”, señaló Garza.
En California, una madre que cuidaba de su hija de 21 años con cáncer óseo fue recientemente detenida y liberada bajo parole humanitario tras la presión de activistas.
Durante el gobierno de Trump, el exdirector de ICE, Tom Homan, afirmó que las familias pueden ser deportadas juntas sin importar su estatus migratorio. Esto deja a padres indocumentados con hijos nacidos en EU en riesgo de perder la custodia si son detenidos.
La situación de esta familia sigue sin resolverse, mientras organizaciones civiles buscan una solución legal para que la niña reciba la atención médica que necesita.
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