Aunque las nuevas tendencias en torno al plástico sean hacia reciclar, reducir y reusar, hay ocasiones en que esta última opción quizás no sea lo más indicada. Y no es que haya algo malo en reusar algunos de los muchos productos de plástico que usamos cotidianamente, pero cuando hablamos de botellas de agua, puede resultar contraproducente e incluso dañino para la salud reutilizarlas.
Alrededor de este tema existen muchos mitos pero aquí te decimos lo que dicen los especialistas.
Daño Químico
Uno de los principales mitos sobre las botellas de plástico es que los químicos usados en su elaboración pueden contaminar el agua después de un tiempo ya que liberan químicos.
La evidencia científica ha demostrado que aunque algunos materiales como el aditivo BPA o Bisfenol A, sí pueden liberar toxinas, estas son en cantidades muy pequeñas y no son dañinas para el ser humano.
La BPA o Bisfenol A es muy utilizado en topo tipo de plásticos moldeables, no nada más en botellas, por lo que está en constante evaluación y certificación a nivel científico. Y en el más reciente, autoridades sanitarias de Europa han concluido que “no constituye ningún riesgo para la salud de los consumidores en los niveles actuales de exposición”.
Además la mayoría de botellas de plástico flexible o desechables son elaboradas con tereftalato de polietileno, mejor conocido como PET por sus siglas en inglés, y no contienen Bisfenol A.
Daño Bacterial
El verdadero peligro de reutilizar una botella de plástico es a nivel microbiológico ya que con los usos y sin la debida higiene, una botella puede llegar a contener alrededor de 900 mil bacterias.
Esto de acuerdo con un estudio realizado por Treadmil Review, en el analizaron diferentes tipo de botellas usadas por atletas durante una semana sin lavar. Encontraron que de esas 900 mil bacterias, hasta el 99 % de ellas tienen la capacidad de transmitir infecciones o causar algún daño al organismo.
Otro estudio, este publicado por la Canadian Journal of Public Health en el 2002, analizó 76 botellas de plástico usadas por estudiantes de primaria, y encontró que dos tercios de las muestras tenían niveles bacterianos que excedían los límites recomendados para el agua potable.
Aunque una de las variables en el estudio fue no lavar las botellas, esto no significa que haciéndolo se reduzca la probabilidad de contaminación en el agua que consumimos.
Ya que cada vez que se lava una botella se daña al plástico provocando grietas en su estructura, y esas fallas en el material son un lugar perfecto para albergar bacterias.
Es por esto que las empresas embotelladoras las diseñan y producen para un solo uso y ser 100% reciclables y por lo que se recomienda beber mejor de contenedores de vidrio o de acero inoxidable.
Sin embargo, si todavía te empeñas en reutilizarlas, una recomendación que dan los especialistas es lavarlas con jabón suave después de cada uso, darles un tiempo de vida menor a una semana y preferentemente no beber directamente de ellas.
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