Las aportaciones de los mexicas se centraron en diversas áreas como la educación, la arquitectura, la gastronomía, la agricultura y muchas más. Para comprender los orígenes y estímulos de esta civilización, es preciso conocer su evolución.
Los mexicas fue un pueblo indígena que dominó el Imperio azteca. Justo en el corazón de Tenochtitlan, en el Valle de México, se desarrollaron entre persecuciones, guerras, sacrificios, avances y ambiciones de poder.
La etnia Mexica dominaba el Imperio azteca y determinó el florecimiento de la civilización. Pero no siempre todo fue gloria. Antes, moraban en su lugar natal, una región al noroeste del valle conocida como Aztlán (Lugar de las Garzas), que debieron abandonar por ofender a Huitzilopochtli, su dios, al haber cortado un árbol sagrado.
El término azteca, se refiere a los grupos que habitaban en Aztlán. Hay que saber que los aztecas no eran una etnia, sino que incluía cerca de 20 grupos étnicos, que compartían la lengua Náhuatl, así como historia y cultura.
Entre ellos se encontraban los mexicas, cuyo nombre significa gente de México. La palabra “azteca” se ha empleado para denominar al imperio y todas sus etnias.
Mientras los mexicas esperaban por la dirección del dios Huitzilopochtli para recibir un nuevo territorio, su espera les costó litros y litros de sangre entregada en sacrificios para aplacar las nefastas condiciones climáticas que se les presentaban mientras andaban errantes, sujetados a una promesa de tierra habitable.
En una pequeña isla, los mexicas hallaron la tierra que se les prometió, al advertir un cactus que florecía fuera de una piedra con un águila posada encima.
Tenochtitlan, significa “lugar de la fruta de cactus”, una ciudad construida sobre el agua con muchos canales, que les sirvió para desarrollar sus habilidades de ingeniería, transporte y comercio; una especie de Venecia mexicana del Posclásico.
Principales aportes de los mexicas
Educación obligatoria
La educación obligatoria no ha sido común en el resto del mundo históricamente hablando, pero los mexicas estaban a la vanguardia, no solo presentando un modelo educativo impuesto sino libre, sin distinción de género o clase social.
Al mismo tiempo, otros países contaban con educación pero dirigida únicamente a las clases altas. Los individuos de la civilización azteca, eran bien educados, aunque los niños recibían mayor instrucción que las niñas.
A ellas se les enseñaba a dirigir el hogar y administrar las finanzas, también manualidades y artesanías. En cambio a ellos se le inducía en la lucha, la medicina, la religión y el liderazgo. Su estructura social era tan planificada que asombró a los españoles.
Herbología y medicina
Los aztecas se iniciaron como médicos y observadores del cuerpo humano, lograron convertirse en herbolarios y llevaron a cabo investigaciones en grandes jardines financiados por la nobleza.
Un legado del imperio sobre sus prácticas con hierbas es el manuscrito de Badianus, un manuscrito ilustrado que contiene más de 180 plantas y árboles para tratar dolores.
Contribuyeron a la sociedad moderna con la medicina antiespasmódica para tratar espasmos musculares y relajar, que también ayuda al insomnio. Todo a través de una planta a la que se le llama: flor de la pasión.
Popcorn y chocolate caliente
El popcorn que conocemos hoy, fue introducido a través de los aztecas. Aunque ya existía, fue a través de la llegada de los españoles que se extendió por todo el mundo, al notar que lo empleaban en adornos y tocados para adorar al dios del maíz y la fertilidad.
Un acercamiento al chocolate caliente se le debe a los aztecas, quienes además usaron las semillas de cacao como moneda. La gente de clase alta, preparaba una bebida de chocolate caliente, chile y harina de maíz.
Cuando llegaron los españoles, le añadieron azúcar y de esta manera la bebida se convirtió en los chocolates y mocachinos que conocemos actualmente.
Joyería de alto nivel
La joyería azteca era realizada por artesanos dedicados por completo a su trabajo, sus diseños estaban orientados a simbolismos religiosos, así como aves y reptiles.
Las prendas eran usadas por las clases altas en su mayoría. Los emperadores solían llevar collares y pendientes. Los mosaicos con diversos materiales eran muy comunes, mezclando metales como oro, cobre y plata, que abunda en México; conchas, arcilla, madera, roca y plumas.
Algunas veces usaban piedras como jade, cuarzo, opal o turquesa. Martillaban los metales con mucho cuidado y sus acabados eran impecables. También fabricaban unas campanas que colgaban en collares.
Agricultura
En el lago Texcoco, notando los aztecas que no disponían de suficiente terreno para su siembra, crearon las chinampas, que no son más que unas terrazas o islas artificiales flotantes, libres de sequía. En ellas podrían cultivar maíz, frijoles y calabazas.
El sistema de las chinampas era realmente eficiente, ya que lograban obtener hasta siete cosechas por año para abastecer a su población.
Al mismo tiempo, cosechaban algas y consumían maguey, y complementaban su dieta con insectos, animales que lograban cazar y también tenían animales domésticos como pavos, patos y perros, que solían comer en fechas especiales. La cocina mexicana sigue empleando productos agrícolas aportados por los mexicas.
La poesía
En tiempos de paz, los guerreros aztecas se entregaban a la inspiración y a la musa a través de la poesía.
Los capitanes aztecas solían tener veladas intelectuales que incluía fumar puros, beber chocolate caliente, compartir y recitar poesía que era acompañada por instrumentos musicales, mayormente de percusión.
Los temas de los textos cuestionaban la realidad de la vida o si vivían en un sueño, la vida después de la muerte y si puede haber acercamiento al dador de vida.
El calendario
Los aztecas medían el tiempo mediante una rueda de calendario. Ellos emplearon varios tipos de calendarios, pero uno de ellos coincidió con el sistema que se usa mundialmente hoy día.
Al calendario se le denominaba xiuhpohualli, y constaba de 365 días en un año, que fue dividido en varios meses de 18 días cada uno, con 5 días de sobra al final del año.
Fútbol al estilo azteca
Si bien no es exactamente el fútbol que se practica en la actualidad, es muy probable que haya sido un precursor, ya que se jugaba en un campo llamado tlachtli en presencia de público, y consistía en golpear una pelota pequeña de goma con las rodillas, las caderas o los codos.
El objetivo del juego era hacer entrar la pelota en unos anillos de piedra que representaban el amanecer y el atardecer. A este juego se le conoce como ollama y podía llegar a ser un juego extremadamente violento.
El tinte rojo
A partir de los avances de los mayas y con la conquista española, el mundo europeo pudo conocer un color de tejido rojo profundo nunca antes visto.
Los tintes que empleaban los españoles apenas los hacían llegar a un tono de rojo pálido, pero al descubrir el secreto de los aztecas al usar escarabajos cochinilla, que habitan en los cactus.
Los españoles hicieron lo posible por guardar el secreto, y empezaron a comercializar el tinte de tal manera, que se convirtió en un elemento clave de su economía por tres siglos.
El tinte fue usado para los escudos rojos del ejército británico y para las túnicas de los cardenales católicos. Para lograr una libra de colorante se requerían 70 mil insectos.
Arquitectura
Estructuras monumentales, como palacios, grandes pirámides y templos; son uno de los legados arquitectónicos que dejaron a las futuras generaciones.
Sus estructuras de cuatro lados, tan estables como para soportar los terremotos de la zona, tenían escaleras de un lado y en sus cimas, por lo general, se hallaban santuarios. Muchos edificios fueron construidos para actividades religiosas o celebraciones puntuales.
Entre unos 80 edificios que incluyeron pirámides, salas de reunión, tiendas y salas de baño, se encuentra el Templo Mayor, una zona sagrada de la antigua Tenochtitlan.
La Gran Pirámide de Cholula es la más grande jamás construido en el mundo, posee 8 kilómetros de expansión aproximadamente y unos 5 mil túneles.
La Ciudad de México fue construida sobre los restos de Tenochtitlan, lo que la convierte en una de las ciudades activas más antiguas del continente.
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