En un resumen de lo ocurrido en la alberca de Río 2016, el equipo de los Estados Unidos cumplió con los pronósticos que se realizaron previo a la justa olímpica, en los que fueron los últimos juegos de su gran estrella Michael Phelps, pero la consagración de su próxima figura Katie Ledecky.
En los resultados finales, los estadounidenses se llevaron un total de 33 medallas divididas en 16 de oro, ocho de plata y 9 de bronce, con lo que igualaron lo conseguido, en cuanto a medallas áureas, en Londres 2012, pero con dos preseas más, luego de que hace cuatro años sumaron 31.
Debajo del equipo estadounidense quedaron los australianos y lo húngaros, con la gran actuación de Katinka Hosszu. Sin embargo, tanto Australia como Brasil —los anfitriones— se quedaron cortos respecto a lo que se esperaba según los tiempos de clasificación. En la participación de los mexicanos Liliana Ibáñez, Long Gutiérrez y Ricardo Vargas, solamente éste último consiguió mejorar su marca, lo que debe quedar como experiencia para el siguiente ciclo, siempre y cuando todos los implicados en verdad aprovechen este aprendizaje.
Los australianos llegaron con el propósito de igualar el número de medallas que pronosticaban por los Estados Unidos, pero como hace cuatro años no lo lograron y su cosecha fue apenas de 10 preseas en total, con tres de oro, cuatro de plata y tres de bronce.
En lo que se refiere a Brasil, queda claro que la presión de sus nadadores por ser locales acabó con ellos. En una charla con Gustavo Borges —medallista en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000—, me comentó que sus representantes no aguantaron las expectativas que se generaron en torno a su participación, luego de que en sus clasificatorios hicieron grandes tiempos, incluso para dejar fuera al legendario César Cielo y a Thiago Pereyra, plata en Londres 2012 en el combinado individual.
Según Borges, los nadadores brasileños se vieron tensos en todas sus pruebas, lo que no les permitió acceder a medallas. Es cierto que clasificaron a finales como en los 50 metros libre tanto varonil como femenil, pero ni Bruno Fratus ni Etiene Medeiros se pudieron colocar entre los cinco mejores de estas pruebas.
Los Estados Unidos quedaron con 16 de oro gracias a una maquinaria de generar victorias. Esto se complementó con el trabajo y unión de sus entrenadores y del grupo en general, que estaba compuesto por 100 personas.
La plantilla de atletas de este país estuvo compuesta por 26 hombres y 26 mujeres, con seis nadadores por cada equipo de sus relevos, el máximo que les permite el reglamento. Los estadounidenses fueron una aplanadora apoyada por sus familias, que hicieron el gasto para estar en las tribunas y la solidaridad del Comité Olímpico de ese país. Este es un ejemplo de cómo se debe apoyar a los deportistas y de cómo trabajar sin pleitos entre los dirigentes.
Esto debería ser un ejemplo para nuestro país, luego de que sus atletas volvieron a sufrir por la falta de apoyo para tener la tranquilidad de no pensar en dónde estarán sus familiares en las tribunas. Los mexicanos tuvieron que buscar un boleto en la reventa y a como diera lugar para ver a sus atletas, cuando el COM debió ayudarlos a encontrar esas entradas, que seguramente cayeron en manos de otras personas.
En el aspecto individual, ese monstruo —en el buen sentido de la palabra— que es Katie Ledecky sumó cuatro oros y una plata. Esta chica tiene mucho que dar, luego de que destrozó el récord del mundo en los 800m libre por más de 20 metros de distancia. Impresionante para una muchacha de 19 años a la que todavía le queda mucho en su carrera.
Ledecky sumó oro en los 200, 400 y 800m libre, además del relevo 4×200 libre y plata en los 4×100 libre, para convertirse en la nueva reina de la natación. Esta nadadora es tan fuerte en el entrenamiento como en la competencia, tanto así que el propio Ryan Lochte solicitó a su entrenador no emparejar sus tiempos de práctica con los de Katie para no sentirse presionado.
Esta superioridad de la nacida en Washington se veía desde antes de los Juegos. Luego tuvo la fortuna de que la húngara Katinka Hosszu fallara en los 200m dorso y se quedara con tres oros y una plata, aunque como una de las grandes ganadoras de la justa, seguida de Simone Manuel, de Estados Unidos.
En los hombres, Michael Phelps no necesita mayor presentación: cinco oros y una plata. Un ganador en la alberca y en la vida. Sorprendió a todos con su regreso, al rectificar su camino hasta convertirse en el máximo ganador de los juegos de Río 2016 y dejar su marca histórica en 28 medallas olímpicas, con 23 de oro, cinco de las cuales las consiguió en esta su quinta y última participación.
Ryan Murphy (tres oros en 100 y 200m dorso, además de 4×100 combinado) y Nathan Adrian (dos oros en 4×100 libre y combinado, y dos bronces en 50 y 100 libre) siguieron al de Baltimore. En esta primera semana de los Juegos, la natación fue el deporte con mayor audiencia con figuras que hicieron vibrar la alberca de Río. Quiero agradecer a los lectores de EL UNIVERSAL la paciencia y su seguimiento, en espera de contarles las historias de este maravilloso deporte.
NUMERALIA
33 PRESEAS Las que consiguió la delegación de Estados Unidos en natación. Cumplieron los pronósticos de liderar el medallero.
10 MEDALLAS Redondeó el equipo australiano, al completar tres de oro, cuatro de plata y tres de bronce, lejos de lo que tenían previsto.
52 ATLETAS Conformaron la plantilla de EU, compuesta por 26 hombres y 26 mujeres, seis nadadores por cada equipo de sus relevos.
4 OROS y una plata sumó Katie Ledecky, al conseguir récord mundial en 800m libre. También destacó en 200 y 400m. Toda una reina.