INDONESIA.- La mejor versión de Estados Unidos apareció en la Copa Mundial de Baloncesto FIBA 2023. Los de Steve Kerr arrollaron a Grecia (81-109) y mandan un serio aviso a aquellos que tenían dudas. Juego coral, con todos participando, y con una seriedad en ambas canastas que asusta.
El inicio fue un intercambio de golpes. El buen movimiento de Grecia en ataque obligaba a cambiar a los defensores y Bridges e Ingram, más pequeños que Papagiannis, se quedaban con el gigante heleno. El nuevo fichaje de Fenerbahçe, la hasta ahora torre de Panathinaikos, terminó el primer cuarto con 11 puntos.
Por parte de los americanos, Brunson sacó todo lo que se dejó en el primer partido ante Nueva Zelanda. Fue el líder en los primeros instantes, con buenas penetraciones y dirigiendo el juego. Al final del primero, 19-23 para USA, con una imagen más seria que en el encuentro anterior.
La selección de Steve Kerr apretó en defensa en el segundo. Papagiannis moviendo el balón desde poste alto forzaba a cambios constantes. Las continuas faltas significaban puntos fáciles para Estados Unidos y con Reaves y Haliburton en pista, el ritmo cambió. Las individualidades pasaron a jugadas colectivas, posesiones de pocos segundos que acababan en canasta.
Los griegos volvieron a recurrir al pívot de Fenerbahçe para recortar una distancia que parecía que sería mayor a cada segundo. Los americanos, incisivos en el rebote ofensivo, seguían sacando petróleo de las segundas oportunidades. El encuentro se marchaba 37-50 al descanso, y Estados Unidos sin terminar de romper en la pista.
Estados Unidos no dio opción en la segunda mitad
En la segunda mitad, la tónica fue diferente. Una Estados Unidos arrolladora no dio opción a una Grecia que se basaba en individualidades irreales ante la gran defensa americana con Bridges y Hart a la cabeza. La eficiencia de Papagiannis y Papanikolau bajó, y el ritmo de los actuales campeones olímpicos subió. 56-79 marcaba el luminoso al final del tercero, y el golpe en la mesa parecía claro.
El último cuarto fue el de los secundarios. Rogkavopoulos, nuevo fichaje de Baskonia, dejó un par de acciones de gran nivel, y Cam Johnson, penúltimo hombre en la rotación de Kerr, anotó buenos triples desde las esquinas. Con el marcador ya sentenciado, ambas selecciones probaron diferentes sistemas. La transición ofensiva mató a los helenos.
Estados Unidos se gustó, y manda un claro mensaje a los que dudaban de la efectividad de este equipo. Cuando encuentran el ritmo, no existe selección en el mundo que pueda pararles. Paliza a Grecia (81-109) y serio aviso a navegantes. Estados Unidos está aquí, y con más hambre que nunca.
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