Catorce años después del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, la nueva estación de transportes en la Zona Cero quiere simbolizar el renacer de la ciudad.
Unas enormes vigas de acero, recuerdan las alas de un ave blanca a punto de volar, es el aspecto más llamativo de la infraestructura, diseñada por el arquitecto e ingeniero civil español Santiago Calatrava.
Para los ciudadanos de Nueva York será un fuerte polo de atracción turística junto al museo dedicado a las víctimas del 11 de septiembre de 2001.
El edificio está posicionado de tal forma que cada 11 de septiembre a las 10.28 de la mañana, momento en que cayó la segunda torre, la estación capture la luz de sol e ilumine el espacio “de forma especial”, explicó el director de obras.
“No es solo una estación de metro, sino un destino y lugar de encuentro”, afirmó el director de construcción del World Trade Center (WTC), Steve Plate.
La estación conectará hasta once líneas de metro distintas, además de la línea de tren que enlaza a Nueva York con Nueva Jersey y entrará en pleno funcionamiento el mes de marzo.
El recinto, muy luminoso y con amplios espacios y pasarelas en distintos niveles, albergará las estaciones de transporte público y, además, también incluirá una zona de ocio y financiera con restaurantes, comercios y oficinas.
“Este es un lugar donde han pasado muchas cosas especiales, aquí es donde suceden los eventos, por eso siguen visitando la zona miles de personas a diario y millones de turistas”, agregó.
Según la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, el intercambiador de transportes del WTC será utilizado por más de 250 mil pasajeros cada día y visitado por millones de turistas al año.
Y justificó así los casi $4 mil millones que costó el proyecto de Calatrava: “Estamos construyendo algo más que una estación de tren”.
“Este proyecto ha sido tan difícil y complicado que me atrevo a decir que es la construcción de ingeniería más compleja de la historia humana”, afirmó el director de construcción.