Las causas del siniestro del avión de Egyptair en el mar Mediterráneo siguen sin desvelarse aunque el aparato emitió señales de presencia de humo en su interior poco antes de estrellarse con 66 personas a bordo.
Estos mensajes no permiten, por el momento, aclarar lo sucedido el pasado jueves al Airbus A-320 que despegó de París con destino El Cairo, por lo que se espera que el hallazgo de las cajas negras y su análisis dé las respuestas.
Algunos medios de comunicación anunciaron la localización de una de las cajas, pero ni las autoridades egipcias ni las francesas confirmaron este dato, que fue desmentido a Efe por fuentes cercanas a la investigación.
Las operaciones de búsqueda y de recuperación de piezas en el Mediterráneo se desarrolla en un área de 65 kilómetros de radio que, según el presidente de Egyptair, Safwat Moslem, podría ampliarse de ser necesario.
La Armada egipcia ha encontrado hasta ahora restos humanos, fragmentos del avión y objetos personales de los viajeros a unos 290 kilómetros de la costa del país.
Las primeras imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa egipcio muestran partes de asientos, dos chalecos salvavidas, una almohada, un cinturón, un bolso y una zapatilla.
En esta jornada reinó el silencio entre las autoridades egipcias, que ni siquiera se pronunciaron sobre la presencia de humo en el interior del avión.
Este punto fue confirmado por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) francesa, que está asociada a las pesquisas porque el avión se ensambló en Francia y partió del aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle.
Un portavoz de la BEA dijo a Efe que “los sensores del aparato emitieron mensajes que indicaban que había humo en la cabina poco antes de que se interrumpieran las comunicaciones”.
Estos mensajes se emiten de forma automática a través de un sistema denominado ACARS que, según la web especializada The Aviation Herald, mostró que a las 2.26 hora local se detectó humo en el baño del avión y sólo un minuto después proveniente de los sistemas electrónicos.
Sin embargo, el portavoz insistió en que aunque esto indica que hubo fuego no se pueden sacar conclusiones y hasta que no se encuentren los restos del avión “será imposible determinar las causas que provocaron el accidente”.
Tampoco quiso anticipar conclusiones, el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, que se reunió hoy en París con familiares de algunas de las víctimas y aseguró: “Examinamos todas las hipótesis y no primamos ninguna por el momento”.
Pudo tratarse de un incendio en los sistemas eléctricos del avión, según pilotos consultados por Efe, que indicaron que aunque una emergencia de fuego y humo no tiene por qué implicar la caída del avión es una de las más peligrosas y difíciles de controlar.
El A-320 desapareció de los radares cuando ya llevaba entre 10 y 15 millas en el espacio aéreo egipcio, y perdió altitud a gran velocidad efectuando dos giros bruscos.
Los pilotos consideran que la pérdida de comunicación con los radares se pudo deber a que el fuego dañara el sistema de comunicación “transponder” -aunque esto no justifica la falta de contacto con los controladores-, mientras que la presencia de humo explica que la tripulación intentara descender con velocidad.
Desde que el A-320 desapareció de los radares se ha especulado con la posibilidad de que se tratara de un atentado terrorista, como el que costó la vida a los 224 ocupantes de un avión ruso en octubre pasado en la península egipcia del Sinaí.
Ningún grupo terrorista ha reivindicado sin embargo el derribo del aparato de Egyptair, en el que viajaban 56 pasajeros, 30 de ellos egipcios y 15 franceses, siete miembros de la tripulación y tres efectivos de seguridad.
Los familiares de las víctimas egipcias y francesas se reunieron hoy con responsables de Egyptair y con un experto extranjero en accidentes aéreos y en ayuda los afectados.
El experto explicó a las familias que el proceso de recuperar los restos humanos llevará tiempo, y que su identificación mediante análisis de ADN durará también varias semanas, según un comunicado de la aerolínea.
Con el paso del tiempo se van conociendo las historias personales de muchas de las víctimas, como la de un padre y un hijo franceses que viajaban juntos a Egipto de vacaciones poco después de la muerte de la madre.
Otro caso recogido por la prensa egipcia es el de un matrimonio que se encontraba en Francia para que la mujer se tratara de un cáncer y que había dejado a sus tres hijos de escasa edad al cuidado de la abuela en Egipto.