ARABIA SAUDITA.- Densas columnas de humo han emergido en la madrugada de este sábado de dos de las principales instalaciones petroleras de Arabia Saudí, propiedad del gigante estatal Aramco. Los incendios, provocados por sendos ataques con drones, avivan la escalada de tensión que vive la región desde que hace cuatro meses comenzaran los sabotajes contra petroleros e instalaciones de procesamiento de crudo.
Las autoridades han anunciado una reducción de la producción de Aramco, la principal del mundo, en un 50%, unos 5,7 millones de barriles, tras el ataque de los rebeldes hutíes yemeníes, aunque ha asegurado que cubrirá la demanda de sus clientes con inventarios, informa Efe.
Según un comunicado del Ministerio de Exteriores saudí difundido en su cuenta de Twitter, el príncipe heredero Mohamed bin Salman ha trasladado al presidente de EEUU Donald Trump que cuentan con “la voluntad y la capacidad para afrontar y tratar esta agresión terrorista”.
Por su parte, el dirigente estadounidense se ha mostrado dispuesto a colaborar con Riad en “todo” aquello que ayude a su seguridad y estabilidad, al tiempo que confirmó el impacto de los ataques de esta mañana en la economía de EEUU y el mundo.
Asimismo, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo ha acusado a Irán de sendos sabotajes que ha calificado de “un ataque sin precedentes contra el suministro de energía internacional” en una coyuntura marcada por “las llamadas a rebajar la escalada”. “No existe ninguna prueba de que los ataques procedan de Yemen”, ha insistido. “Teherán se halla detrás de cerca de un centenar de ataques contra Arabia Saudí mientras Rohani y Zarif fingen apostar por la diplomacia”, ha denunciado.
En respuesta a estas acusaciones, el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní ha negado el domingo la implicación de su país en los ataques, y ha denunciado planes de los servicios de inteligencia para “destruir la imagen” de Irán, informa Efe.
LOS INCENDIOS ESTÁN CONTROLADOS
“A las 4.00 horas (3.00, hora española) los equipos de seguridad industrial de Aramco han intervenido en los incendios registrados en las instalaciones de Abqaiq y Khurais”, ha detallado el ministerio de Interior saudí a través de la agencia estatal de noticias Spa. Las autoridades han precisado que ambos fuegos han sido ya controlados pero durante varias horas se han cebado con dos de las joyas de la compañía.
Aramco no ha proporcionado información sobre el balance de daños humanos o materiales ni la autoría de los ataques, reivindicados poco después por el grupo rebelde chií de los hutíes, con el que Riad batalla en la vecina Yemen desde el inicio de los ataques aéreos de la coalición árabe que encabezan los saudíes en marzo de 2015. En declaraciones a la televisión afín Al Masirah, un portavoz del movimiento ha indicado que se han empleado una decena de drones y ha amenazado con aumentar el número de ataques similares “en el futuro”.
Las embestidas han tenido como blanco la mayor planta de procesamiento de petróleo del mundo, ubicada en Abqaiq, a unos 60 kilómetros de Dhahran en la provincia oriental del reino. Una instalación vital para el suministro global donde el crudo amargo es convertido en dulce -contiene menos del 0,5% de azufre-. Por razones de seguridad, el crudo amargo debe ser estabilizado antes de ser transportado por petroleros. La planta tiene capacidad para procesar hasta siete millones de barriles diarios.
El segundo de los puntos alcanzados por el ataque ha sido Khurais, un campo petrolero situado a 250 kilómetros al suroeste de Dhahran y 150 kilómetros del noreste de Riad. En su recinto se produce alrededor de un millón de barriles de crudo al día. Tiene unas reservas cercanas a los 20.000 millones de barriles. Khurais presume de ser el segundo mayor yacimiento del país.
El ministerio de Interior saudí ha reconocido que ambas instalaciones han sido golpeadas por drones y ha abierto una investigación para esclarecer los interrogantes que aún sobrevuelan los ataques, el último de una serie de incidentes que han incrementado la tensión entre saudíes e iraníes en plena campaña de “máxima presión” de la administración Trump contra Teherán y el maltrecho pacto nuclear.
Las primeras imágenes que se han divulgado por internet de los incidentes muestran largas columnas de humo y llamas dominando el cielo en torno a la planta de Abqaiq. En uno de los vídeos, el sonido de unos disparos es perceptible al fondo.
ATAQUES DE LOS ÚLTIMOS MESES
En los últimos meses los hutíes han redoblado los ataques con drones a aeropuerto del sur de Arabia Saudí. Desde 2015, los rebeldes han lanzado más de 500 misiles y enviado más de 150 drones cargados de explosivos contra instalaciones saudíes.
El pasado mayo se produjeron dos incidentes de sabotaje que han alimentado las hostilidades en el golfo Pérsico. El primero tuvo como víctimas, entre otros barcos, a dos petroleros saudíes en un puerto emiratí en las inmediaciones del estrecho de Ormuz. El segundo fue un ataque reivindicado por el grupo rebelde chií de los hutíes contra dos instalaciones de bombeo de petróleo a unos 200 kilómetros de Riad. La cadena de altercados ha incrementado las misiones de vigilancia en la zona y animado la creación de una alianza que lidera EEUU para proporcionar escolta a los barcos comerciales que cruzan la región.
No es la primera vez que enclaves como Abqaiq se han visto afectados por ataques. En febrero de 2006 varios suicidas de Al Qaeda trataron sin éxito de acceder al complejo. Los hutíes han secundado ahora las arremetidas para tratar de herir la economía del mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Su sistema se ha ido sofisticando en los últimos años. De los primeros drones, modestos y amateur, han pasado a modelos idénticos a los usados por Irán pese a que la República Islámica ha negado cualquier implicación en el suministro de armas a los hutíes. Los artefactos, con 1.500 kilómetros de alcance, han logrado sortear los sistemas de protección de saudíes. El último ataque con drones hutí sucedió el mes pasado contra el campo petrolero de Shaybah, próximo a la frontera con Emiratos Árabes Unidos.
Las agresiones contra sus instalaciones coinciden con el relanzamiento del proyecto de privatización parcial de Aramco, alrededor del 5 por ciento de su capital. La postergada salida a bolsa de la compañía más rentable del mundo -que sería la mayor de la Historia- podría llevarse a cabo a lo largo del próximo año si la economía mejora y el valor de la compañía alcanza los 2 billones de dólares.
El conflicto que Arabia Saudí e Irán libran en Yemen, la nación más pobre del golfo Pérsico, por su hegemonía regional se ha transfigurado en una tragedia sin fin para sus 27 millones de almas. Desde que en 2015 comenzaran los bombardeos de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, el bloqueo y las escaramuzas han provocado la mayor crisis humanitaria del planeta, propagando la hambruna, el cólera o la difteria.
Según cifras de la ONU, más de 10.000 civiles han muerto desde 2015 de los bombardeos de la coalición saudí que han golpeado infraestructuras, colegios, hospitales y zonas densamente pobladas y 14 millones de civiles -la mitad de la población- se halla al borde de la hambruna. Organizaciones independientes, sin embargo, elevan la cifra a más de 90.000 muertos desde el inicio de los bombardeos.
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