REINO UNIDO.- Imagina que cada paso que das cuenta como una pieza de un rompecabezas mayor: el tema es si es mejor hacer una caminata larga que varias cortas al día, y los resultados de un gran estudio ponen en tela de juicio lo que muchos damos por sentado.

La investigación publicada en la Annals of Internal Medicine por el equipo del UK Biobank analizó más de 30 000 participantes durante casi una década para evaluar las diferencias entre caminar en una única sesión prolongada o fraccionar esa actividad en varias partes.

¿Qué dijo el estudio y por qué importa?

Concretamente, se detectó que los grupos con fragmentos cortos acumulados mostraban un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y de muerte durante el periodo de seguimiento.

Limitaciones y matices que no se deben ignorar

Es fundamental entender que el estudio es observacional, lo que implica que no se estableció una causa directa, sino una asociación.

Entre las limitaciones figuran: solo se midió el patrón de caminata durante una semana, los participantes tenían menos de 8 000 pasos diarios promedio y otros factores de estilo de vida podrían influir. 

Por tanto, no se trata de condenar las caminatas cortas, sino de tener en cuenta que para ciertos objetivos de salud quizá convenga priorizar sesiones más prolongadas cuando sea posible.

Caminata larga vs varias caminatas cortas: ventajas de cada una

Beneficios de una caminata prolongada

Caminar de forma continua durante 30 a 60 minutos o más permite mantener el ritmo cardíaco elevado, activar sistemas metabólicos, mejorar la resistencia y potenciar la circulación sanguínea de forma más sostenida. Algunas fuentes destacan que más de 30 minutos de caminata contribuyen a mayor volumen de oxigenación, fortalecimiento cardiovascular y sistema pulmonar.

También, para quienes buscan un momento de desconexión mental, la caminata prolongada puede funcionar como un “ritual” de bienestar, alejando la mente del día a día.

Ventajas de dividir en varias caminatas cortas

Por otro lado, varias caminatas de 10‑15 minutos a lo largo del día ofrecen beneficios importantes: rompen largos periodos de sedentarismo, facilitan la integración de movimiento en agendas apretadas y pueden mejorar el metabolismo, la insulina y la circulación de manera recurrente.

Además, para personas con limitaciones de tiempo o movilidad, este enfoque resulta más sostenible y accesible: “tres caminatas de 15 minutos pueden proporcionar beneficios similares a una de 45 minutos”, según algunos expertos.

¿Cuál es la mejor estrategia para ti?

Depende de tus objetivos

Si tu meta principal es mejorar resistencia cardiovascular, entrenar para una caminata o evento, o aprovechar un momento de desconexión, la opción de una caminata prolongada cobra sentido.

En cambio, si tu mayor reto es incorporar más movimiento, limitar el sedentarismo o ajustar ejercicio a una rutina muy ocupada, las caminatas breves distribuidas pueden ser la respuesta más viable.

Factores a considerar antes de elegir

• Nivel físico: personas que recién comienzan pueden beneficiarse más de caminatas cortas y suaves.
• Disponibilidad de tiempo: agendas complicadas favorecen los fragmentos breves.
• Salud articular o condiciones físicas: una caminata larga puede imponer mayor estrés articular; las cortas ofrecen menor impacto.

Consistencia: lo más vital es que la caminata —larga o corta— se convierta en un hábito diario.

¿Se pueden combinar ambas?

Sí. De hecho, muchos expertos sugieren alternar: por ejemplo, una caminata prolongada al día o varios días a la semana, combinada con breves paseos en otros momentos, puede proporcionar lo mejor de ambos mundos. La clave está en sumarse al mínimo recomendado: aproximadamente 150 minutos de actividad moderada por semana según directrices internacionales.

Caminar —ya sea en forma continua o fragmentada— es uno de los regalos más accesibles que podemos brindarle a nuestro cuerpo. El estudio revela que priorizar caminatas más prolongadas tiene ventajas sobre dividirlas en mini‑episodios, pero lo esencial sigue siendo moverse y mantener cierta regularidad.

Así que la pregunta no es solo ¿es mejor una caminata larga que varias cortas al día?, sino ¿qué estructura de caminata encaja mejor contigo, tu cuerpo y tu agenda? Adapta, experimenta y prioriza el movimiento. Y si tienes condiciones médicas preexistentes, limita tus esfuerzos o consulta antes: tu médico o fisioterapeuta puede ayudarte a trazar la estrategia más segura para caminar hacia una mejor salud.

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