TONGA.- El Hunga Tonga-Hunga Haʻapai es un volcán submarino que se encuentra en el archipiélago de Tonga, en el océano Pacífico sur. Esta estructura geológica debajo del agua alarmó a los científicos tras erupcionar de manera violenta en enero de 2022.
La explosión fue la más grande registrada desde la erupción del Krakatoa en 1883. Envió ondas de choque en todo el mundo, provocó olas de tsunami generalizadas, y arrojó 10 km cúbicos de rocas, cenizas y sedimentos hacia la superficie, según la ‘BBC’.
Hasta el momento, la explosión de este cráter ha sido uno de los mayores estallidos geológicos registrados por instrumentos modernos. Por ello, su monitoreo se mantiene en alarma.
La erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Haʻapai el 15 de enero de 2022 desató una tormenta eléctrica sobrealimentada que produjo los rayos más intensos jamás registrados. Hubo casi 200.000 relámpagos en la columna volcánica durante la erupción, con un máximo de más de… pic.twitter.com/lvWu96VM7Y
— Enrique Coperías (@CienciaDelCope) June 22, 2023
En ese año, el estallido provocó daños generalizados en Tonga y un megatsunami con olas de hasta 45 metros de altura, originando daños en países como Perú, Chile y Rusia. De acuerdo con Alexa Van Eaton, vulcanóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos, este fenómeno tuvo un impacto significativo en el clima global, y se estima que también en la atmósfera de la Tierra, provocando una tormenta eléctrica sin precedentes.
Volcán submarino provocó “rosquilla” de descargas eléctricas
Aquella tempestad generó mucha más energía que la explosión de un artefacto atómico. Llegando a velocidades jamás registradas en la historia. “No creo que ninguno de nosotros esperara ver nunca una rosquilla de descargas eléctricas de 280 kilómetros de diámetro”, expresa Eaton especialista en actividad eléctrica dentro de la nube de ceniza producida por el Tonga en entrevista con National Geographic.
La erupción creó más rayos que cualquier tormenta documentada hasta ahora en la Tierra, incluidas supercélulas y ciclones tropicales, que le permitieron a Eaton y a su grupo de estudios demostrar que esta puede generar un cambio ambiental a nivel global.
“Una columna volcánica lo suficientemente poderosa puede crear su propio sistema climático, manteniendo las condiciones para la actividad eléctrica en alturas y tasas no observadas anteriormente”, afirman los científicos en su investigación ‘Anillos de relámpagos y ondas de gravedad: información sobre la columna de erupción gigante del volcán Hunga de Tonga’.
Los expertos creen que la tormenta se desarrolló porque la expulsión altamente energética de lava atravesó el océano poco profundo y la roca fundida vaporizó el agua de mar, que se elevó en la columna de cenizas y escombros.
Lo anterior se reflejó en una producción de 2 mil 600 relámpagos por minuto, durante 11 horas seguidas, ocasionando descargas eléctricas entre 20 y 30 km sobre el Pacífico.
Qué implica este fenómeno
Las nubes de cenizas producidas por el Tonga fueron arrastradas por los vientos a casi 3 mil km al oeste de Australia, hecho que puede afectar los suministros de agua y obstaculizar los esfuerzos de ayuda.
Según David Tappin, especialista en volcanes y miembro del Servicio Geológico Británico Keyworth, el imprevisto suceso revela que el riesgo existente de las erupciones alrededor de los mismos es subestimado.
“Hay aproximadamente 42 volcanes en todo el mundo con el potencial de provocar una erupción tan inminente como la del Hunga Tonga-Hunga Ha’apai” y que los científicos a nivel mundial están empezando a organizar la manera en la que se comunican, según la BBC.
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