Todas tenemos ese par de tacones que vemos con anhelo cada vez que pasamos a su lugar en el clóset. “Sólo me gustaría que fueran un poquitito más cómodos”, pensarás, “y así no dudaría en usarlos”. Bueno, gracias a estos increíbles trucos, te aseguramos que sacarás esos tacones del clóset ¡y nunca más los esconderás!
Estíralos en el congelador o con hielo: Coloca una bolsa de agua (bien cerrada) dentro de tus zapatos y congela toda la noche. La clave de este truco está en meter bien la bolsa al zapato para que pueda estirarse cuando se solidifique el agua.
Alivia la tensión con cinta: Existe un nervio entre tu tercer y cuarto dedo del pie que causa dolor en la planta, a pesar del tacón bajo. Para aliviar esta tensión, usa un poco de cinta para juntar tu tercer y cuarto dedo, sólo ten cuidado de no presionar mucho para no cortar la circulación.
Lija como antiderrapante: Utiliza un pequeño trozo de lija en la suela de tus zapatos para crear un efecto antiderrapante. Si son nuevos tus zapatos, seguro no querrás dañarlos, pero créenos, la lija hará una gran diferencia.
Desodorante (en barra) para evitar ampollas: El desodorante disminuye la fricción entre piel y zapato, así que evitarás que aparezcan ampollas. Las zonas clave son: en el tobillo y a los lados.
Cojines de pie: Y si todo ha fallado (que lo dudamos), también puedes comprarte un par de cojines de silicón para reducir el dolor y la tensión en tus pies. Además de ser baratos, te durarán por mucho tiempo y te salvarán de diferentes molestias.