Eloy Urroz se adentró en la esquizofrenia

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En “Demencia” (Alfaguara) Eloy Urroz hace el relato alucinado del violinista Fabián Alfaro, un joven artista con problemas de esquizofrenia. (El Universal)

CDMX.- Eloy Urroz no duda cuando asegura que “Demencia” es su novela. Lo es porque en ella se exigió todo pero al mismo tiempo se permitió todo. Nunca salió del primer capítulo hasta que éste estaba perfectamente redondo, casi perfecto, hasta que todas las piezas engarzaban bien; pero al mismo tiempo, nunca antes había dejado que se desbordara tanto su imaginación.

En “Demencia” (Alfaguara) Eloy Urroz hace el relato alucinado del violinista Fabián Alfaro, un joven artista con problemas de esquizofrenia. En esta novela la métrica es aparentemente sencilla: hay tres amigos, ocurren dos asesinatos y hay una ciudad enloquecida. Sin embargo, la trama es más complicada, está llena de claroscuros, de luces y sombras, de realidad y de alucinación. Hay dos hermosas pianistas, una es la luz y la otra la oscuridad que vibran en una historia trepidante que aparentemente podría ser un thriller en una gran urbe. Pero no es así.

“Esta no es una novela sobrenatural, no es una novela fantástica, ni de realismo mágico, no es tan sólo un thriller. Es la historia del problema psicológico de un tipo que sufre una suerte de esquizofrenia y no sabemos qué cosas que mira sí son y qué cosas que mira no son. Y yo quiero que tú, lector, te quedes con la duda. Esta novela es una novela de la ambivalencia, yo quería mantenerla en la incertidumbre y en la ambivalencia, esa fue mi intención”, señala el narrador mexicano.

Eloy Urroz ((Nueva York, 1967), asegura que él siempre apeló a la complicidad del lector, en este sentido se apega a la famosa teoría cortazariana del lector activo y desecha al lector pasivo, un ingrediente que dice está en todas sus novelas, es decir, la complicidad o la búsqueda del lector ideal, del lector que va a tratar de armar el rompecabezas o de llenar esos huecos y esas elipsis que el autor plantea.

“En este caso, el desafío estaba en hacer una novela coral. Es mi novela más coral, siempre hay muchos narradores en mis novelas, en ‘Las rémoras’ hay cinco, en ‘La mujer del novelista’ hay tres, pero aquí hay como ocho”, reconoce el escritor mexicano.

Urroz, quien fue integrante de la llamada “Generación del Crack”, afirma que en esta ocasión era importantísimo que la acción fuera trepidante, que el arranque fuera muy bueno, que el lector no quisiera soltar esas primera 20, 30 páginas. “No pasé al segundo capítulo hasta que el primero quedó amarrado, hasta que cada cosa quedó engarzada. Por eso digo que esta es mi novela, en esta sí fue a propósito que el arranque fuera trepidante”.

También como nunca dejó desbordar a su imaginación, sobre todo en la historia de Fabián Alfaro, porque en ningún momento sabemos si vive en un estado de demencia o empieza a trastocar la realidad y se altera la realidad circundante.

“Herminia es la sombra, Daniela la luz; Fabián Alfaro es el violinista y personaje central de la novela, él tiene sentimientos casi fraternales hacia Daniela pero cada vez que se va a reunir con su amiga pianista para ensayar se aparece la media hermana, o posible media hermana, Herminia. Bruja, morena, seductora que lo atrapa y lo envuelve y además se empieza a sentir devorado por este personaje que aparte ni siquiera sabemos si existe, o sólo está en su imaginación y no en la realidad”, afirma el también autor de “La familia interrumpida” y “Fricción”.

Pero esos personajes que laten en “Demencia” no son los únicos que viven entre las luces y las sombras, también está el Dr. Eulalio Ricart, que de día es un respetable cirujano pero de noche es un travesti de la Zona Rosa. “Están también las vidas ocultas de Fabián, de Rubén, de Rogelio; Rogelio enamorado de quien no debería estar enamorado, de una prostituta; Néstor, de quien se han enamorado tres hermanas, de hecho esta historia está basada en una historia real que me contó un amigo español”, asegura Urroz.

Y es que “Demencia” es una novela negra y surrealista, es el relato alucinado de Fabián Alfaro, quien tiene comprometido el jueves 27 de junio para tocar públicamente las tres sonatas “Opus 30” de Beethoven. El tiempo apremia, sin embargo, cada vez que intenta ensayar con Daniela, su acompañante al piano, aparece siempre Herminia, mitad sueño, mitad bruja, posible media hermana de Daniela.

Fabián Alfaro deambula entre la realidad y la ficción, casi como transcurre la literatura de Eloy Urroz. Y es que en esta, como en otras novelas, la frontera entre lo real y la ficción es muy difusa. Urroz acepta que muchas de sus historias parten de acontecimientos reales, de historias que le cuentan.

Aquí de nuevo ocurrió, pero quizás hay más surrealismo, también porque hubo tres novelas y tres cineastas que lo influyeron mucho: “La obediencia nocturna” de Juan Vicente Melo; “Sobre héroes y tumbas” de Ernesto Sabato, en particular “Informe sobre ciegos”, que es una pesadilla rara donde nadie sabe qué paso; y “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” de Haruki Murakami. También está el cine de David Lynch, Roman Polanski y Luis Buñuel.

“De alguna manera yo quise hacer esto, este surrealismo, esta transfiguración pero en la Ciudad de México, una Ciudad de México que también tenía que estar transfigurada, ¿es o no es la Ciudad de México? Es pero no es. El lector defeño va a reconocerla pero al mismo tiempo sí es pero no es, se parecen las calles, las avenidas, los restaurantes, los parques; al mismo tiempo da la sensación de que es una Ciudad de México de los 80, pero al mismo tiempo es una ciudad moderna. Hay dos o tres momentos muy salvajes. Por cierto, el capítulo de la golpiza en el alto está basado en la realidad en la Ciudad de México. Las cosas más inverosímiles de la novela sí son basadas en la realidad. Vemos aquí cómo la realidad rebasa a la ficción”, afirma Urroz.

El escritor que estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM, y la maestría y el doctorado en Letras Hispánicas en la Universidad de California, asegura que la de su novela es una ciudad moderna, totalmente brutal, salvaje y muy violenta. Tan salvaje como algunos pasajes de “Demencia”.